Luis Taboada gira a la derecha y obtiene la presidencia de la Mancomunidad

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

DEZA

miguel souto

Rompió el pacto previo con PSOE, CxL, BNG y PAYJ para dar su apoyo al PP

11 nov 2019 . Actualizado a las 23:04 h.

El PP jugó sus cartas y obtuvo el apoyo del alcalde de Vila de Cruces, Luis Taboada, de Xuntos polo Noso Concello, que se convirtió en el presidente de la Mancomunidade de Deza. Un cambio que dejó en papel mojado el acuerdo que el pasado jueves Taboada alcanzaba con los representantes del PSOE, partido que es también su socio de gobierno en Cruces, BNG, CxL y PAYJ de desbancar al PP y dejar la presidencia del ente supramunicipal en manos de Rafael Cuíña, coordinador de Compromiso por Lalín. Rafael Cuíña perdió la votación por 11 votos frente a los 12 que sumaron PP y Taboada. Como vicepresidente fue elegido el edil popular lalinense, José Cuñarro. Sabedores de la jugada y ya sentados para iniciar el pleno, Rafael Cuíña animaba a Jesús Otero, del PP cruceño, a optar a la presidencia y le brindaba su apoyo, al igual que hacía Calvo, del PAYJ.

La oposición criticó duramente la falta de debate previo a la votación para dar voz a los candidatos y que presentaran su programa, a la que se negó el secretario, que dejó las intervenciones para después de la votación. Taboada alegó que se presentaba por el beneficio que pudiera sacar para Cruces y para la comarca. Se comprometió a visitar todos los concellos, a no discriminar a nadie y «facer o que se poda», abogando por un cambio de estatutos y porque fuera presidente «un alcalde, sexa do partido que sexa». Dijo que «eu son fácil de enganar, levo pouco tempo en política» y argumentó que «hai que buscar vida fóra» en alusión a la necesidad de lograr subvenciones. Esgrimió que le hizo cambiar de idea la nota de prensa de Luis López, su antecesor en el cargo, «coa que estaba dacordo totalmente», apelando a un cambio de estatutos y a que fuera un alcalde quien ocupara la presidencia. Francisco Vilariño, del BNG, le recordó que «non ten lexitimidade» al recordar que necesitaría tener el 5 % de los votos de la comarca que no tiene, que es alcalde gracias a un voto del PSOE y tres del BNG y que «se comprometeu a deixarlle a alcaldía o BNG os dos últimos anos». Vilariño lo tildó de «tonto útil do PP en termos políticos», de ser «un auténtico trileiro» y de «no ter ningún proxecto para a Mancomunidade».

Manuel Cuíña, en representación del PSOE, le acusó de romper el acuerdo y Luis Calvo, de PAYJ, de faltar a su palabra. Cuíña recordó que el primer presidente había sido el alcalde de Silleda y que se fijara que cada cuatro años ocupara el cargo un regidor de forma rotatoria, algo que el PP no cumplió, dijo, defendiendo que la necesidad de que «a Mancomunidade serva para algo en beneficio dos nosos veciños», criticando como hicieron otros que no se convocasen plenos, no se pidieran ayudas y no funcionase en realidad. Rafael Cuíña calificó a Taboada «como un home con moitas limitacións políticas» y le recordó que el día del acuerdo en Silleda «vostede dixo que non lle interesaba a Mancomunidade e que non quería estar». Cuíña tildó de «democracia contra a mafia política» los apoyos que recabó y a Taboada de «títere da mafia», mientras que Crespo acusaba a Cuíña de querer «reventar» la Mancomunidad y anunciaba que «se non se cambian os estatutos, Lalín bótase fóra».

Luis López, del PP, defendió que Taboada fue elegido democráticamente, de que hasta ahora no hubo propuestas de cambio de estatutos y que si fuera presidente alguien que no fuese alcalde, el de ese municipio quedaría fuera de la junta de gobierno. Otero por su parte recibió felicitaciones por parte de la oposición que consideraban que con él la Mancomunidade comprara un camión y un coche y funcionara mejor que con otros. Otero pidió que los temas personales se dejaran en casa, dio la bienvenida al nuevo presidente, agradeció los apoyos de los que lo instaban a presentarse y recalcó la necesidad de «traballar para conseguir subvencións da Xunta e da Deputación», recordando que «aquí vimos a traballar» y apeló a la cordialidad.