La casa y el taller incendiados en Berres serían recuperables con un buen apuntalamiento

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

DEZA

r. g.

La familia espera la confirmación final para arreglar la cubierta

26 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El devastador incendio registrado el día 10 en la casa y el taller de la familia Neira Iglesias en Berres dañó drásticamente el inmueble. Arrasó por completo el bajo en el que se encontraba el taller de chapa y pintura que representaba el sustento familiar y también el trastero y la cubierta, que acabó desplomándose. No obstante, la primera planta, en la que se encontraba la residencia familiar, quedó casi por completo a salvo de las llamas, aunque la cocina resultó dañada, los azulejos y plaquetas saltaron con el calor y las paredes se agrietaron. El humo, además, lo invadió todo.

El Concello elaboró entonces un informe de medidas cautelares en el que -con la vivienda sin acabar de enfriarse y el peligro de desprendimiento de cascotes- se acordó delimitar un perímetro de seguridad para evitar accidentes.

Pese al dramático panorama, según informa el propietario de la vivienda, Manuel Neira, no todo absolutamente está perdido. La familia ha contactado con arquitectos y albañiles que, en principio, consideran que la estructura podría ser recuperable con un apuntalamiento adecuado de la planta inferior. «As placas baixaron e, segundo nos dixeron, habería que reforzar a estrutura con un armazón de viguetas de dobre T, porque senón pódese vir todo abaixo», explica el damnificado. La familia espera ahora la confirmación final del diagnóstico -recabará también la opinión de una empresa especializada en estructuras de hierro- sobre la estabilidad y el aprovechamiento de la estructura con la esperanza de poder evitar el derribo.

«En canto se confirme queremos actuar xa. O tellado é o que máis urxe porque ven aí o inverno e senón non podemos meter nada dentro. De feito estivemos sacando mobles e roupa que se poden recuperar», explica Manuel Neira, que agradece la avalancha de iniciativas solidarias que se han activado para ayudar a la familia a recuperar su vida.

Lo que no ha cuajado es la oferta de un taller cerrado para que Neira pueda continuar con su negocio de chapa y pintura durante los dos años que le quedan para la jubilación. Se trataba de un taller de carpintería en el que Neira difícilmente podría retomar su actividad.