El Sergas manda de vuelta a casa a una vecina de Moreira que estaba padeciendo un ictus

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

DEZA

Fue diagnosticada de gastroenteritis pero al día siguiente un TAC confirmó el accidente cerebrovascular

17 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Una familia de A Estrada acaba de presentar una queja en el Servicio Galego de Saúde (Sergas) por lo que consideran una negligencia médica que pudo haberle costado la vida a una vecina de la parroquia de Moreira.

Los hechos sucedieron el miércoles de la semana pasada, sobre las 20.00 horas. María del Carmen Rey Álvarez, vecina del lugar de A Pica, empezó a encontrarse mal. No sabía qué le pasaba exactamente, pero llevaba tiempo vomitando y se encontraba muy nerviosa. Un sobrino la acercó al centro médico de A Estrada. La hermana de la enferma, Pilar Rey, llegó más tarde y entró a la consulta del servicio de urgencias. «Yo vi a mi hermana muy mal e intenté explicárselo a la doctora. Vi que no le salían las palabras y le dije que normalmente ella no es así, que no tartamudea. Entonces la doctora llamó a mi hijo y le dijo que era mejor que me quedase fuera, que ponía muy nerviosa a la enferma», explica Pilar.

El diagnóstico inicial fue de gastroenteritis, aunque por prudencia la mandaron al hospital de Santiago. «Seguía vomitando y ya vomitaba algo como de color marrón», cuenta la hermana.

«Al llegar a Santiago le contamos que llegó a vomitar sangre, pero dijeron que era del esfuerzo», comenta la hermana de la enferma. «También le dijimos que estaba mareada y que parecía que no le salían las palabras», cuenta. Según relata Pilar Rey, en el hospital le hicieron análisis de sangre y orina y, sobre las cuatro de la mañana, la doctora decidió mandarla a pasar la noche a su casa. El diagnóstico volvió a ser el mismo: gastroenteritis.

«La enfermera no estaba de acuerdo con la doctora. Incluso dijo que en su opinión no estaba para irse a casa, que no se aguantaba en las piernas, pero no hubo marcha atrás. La mandaron para casa y le recomendaron dieta y reposo», relata la hermana.

«Tuvimos que sacarla en silla de ruedas porque no se aguantaba. Vomitaba y en el coche iba adormilada y no le salían las palabras», insiste.

Por la noche el estado de la enferma no mejoró. Por eso a las ocho de la mañana la familia se plantó de nuevo en el centro de salud de A Estrada, en la consulta de su médico de familia. «Seguía igual: dormía todo el tiempo, vomitaba y no le salían las palabras», explican. Su médica la mando al hospital por la vía de Urgencias. Fue entonces cuando, tras hacerle un TAC, se comprobó que estaba sufriendo un ictus y quedó ingresada en el centro hospitalario, donde continúa recuperándose. «Ahora ya habla y no duerme, aunque sigue mareada y no se le afirmaron bien las piernas», cuenta su hermana.

Piden más precaución

Aunque, en principio, la paciente evoluciona favorablemente, la familia ha querido presentar una queja formal -que registró ayer en el centro médico de A Estrada- para reivindicar más cuidado en los diagnósticos y menos prisas por dar altas en urgencias. No piden nada. Solo que se conozca la historia y que se tomen más precauciones en casos como este, que pudo haber tenido un final mucho peor.

La paciente sufría vómitos, estaba adormilada y le costaba articular una conversación