«Facemos esforzos por manter a cabana equina»

Olimpio Pelayo Arca Camba
o. p. arca A ESTRADA / LA VOZ

DEZA

miguel souto

Sabucedo suma en sus montes 350 caballos, frente a los más de 600 que bajaron a la Rapa en el 2002, ya que microchips y seguros desanimaron a los particulares de seguir con sus «bestas»

07 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El municipio de Oia abrió la temporada de curros en la provincia, que tiene en Sabucedo la gran rapa de referencia, catalogada como fiesta de interés turístico internacional. Henrique Bazal preside la asociación que la organiza cada primer fin de semana de julio. Su origen legendario apunta que dos ancianas ofrecieron a San Lourenzo una pareja de yeguas si las libraba de la peste -hay documentada peste bubónica en la zona en el siglo XVI-, germen de la manada del santo de la que se encarga el colectivo.

«No rexistro do marqués da Ensenada compróbase que estes cabalos se domesticaban para o traballo, por exemplo dos arrieiros, que transportaban viño. E coa rapa tamén se comezou a sacar un proveito económico, coa venda das sedas. O tema dos cabalos en Sabucedo vén de sempre». Esa tradición continúa, y cumple además la función de «mellorar a calidade de vida dos cabalos. En cada rapa non só damos cumprimento legal á implantación do microchip, senón que aproveitamos para desparasitalos, ao que contribúe o mesmo corte das sedas».

Unas crines que antes se empleaban para confeccionar colchones y cepillos y que este año tendrán como destino las brochas de afeitado que fabricará una cadena de peluquerías. La Asociación Rapa das Bestas también pretende utilizarlas como relleno de almohadillas en tela de saco para el público del curro. Bazal apunta, además, un empleo artístico: la decoración de tejas precocidas en las que se insertan esas crines, que luego se cuecen a 800 grados, obras que pudieron contemplarse en alguna anterior edición en una exposición.

Los curros del 6, 7 y 8 de julio son la parte visible de un trabajo intenso durante todo el año en los montes de la zona, y en el que los problemas no dejan de crecer. «Esta semana mataron un poldro dun tiro no pescozo. Os roubos de gando están aí: o ano pasado saíron da rapa 40 poldros para o monte, e un mes despois apenas quedaban. Hai moito lobo, pero para comer 40 poldros... cremos que non», señala Bazal, quien critica el estado de los montes. Perdió sus usos tradicionales y la maleza se desbocó: «Hai incendios todos os anos, pero a Administración, cero en prevención. Aquí ardeu en 2006 e non se volveu facer nada. O único feito foi pola asociación, que limpamos nos dous últimos anos 110 hectáreas, pero dun monte utilizable polos cabalos de 3.000. Seguiremos investindo, pero cremos que a Administración debería meterse e axudar». Porque la cifra de equinos salvajes se reduce drásticamente: «No 2002, que foi o último ano grande, baixáronse máis de 600. Hoxe temos contabilizados arredor de 350».

Entre las razones, la obligatoriedad del microchip y el seguro para cada animal: 50 euros el primero y en torno a 100 anuales el segundo, en ejemplares cuyo valor no supera los 100 euros. Así que la inmensa mayoría de particulares dejó de tener caballos en el monte «e desfixéronse do problema. Hoxe os que hai son practicamente todos da asociación. Estamos facendo esforzos grandes para manter a cabana. O ano pasado fomos a poxas para ir repoñendo, porque se os poldros desaparecen non hai relevo», explica el presidente de Rapas das Bestas de Sabucedo.

Recuerda que ya se finiquitaron curros en Galicia por este motivo, y Sabucedo vive la paradoja de ser un atractivo turístico de primera magnitud mientras los caballos en sus montes están en declive. «O problema é que a Administración non ve que hai un potencial turístico tremendo, e pensan que se dilúe nos tres días de rapa. Nós apostamos por desestacionalizalo, por visitas ao monte, por sendeirismo para ver a estes animais maxestosos todo o ano», señala. Un caballo de monte gallego sobre el que el Instituto de Estudos Miñoranos planteó crear una comisión de trabajo «para estudar a posibilidade de consideralo especie singular, polas súas características, xa que é a única raza de cabalos do mundo que nunca perdeu o seu carácter salvaxe, a diferenza do cabalo mongol ou do mustang americano. Todos os partidos no Parlamento galego estaban de acordo, pero o día da votación o PP votou en contra. Así é moi difícil», concluye Bazal. Tampoco ayuda la proliferación de parques eólicos. Su construcción desplaza a los caballos a zonas más bajas, entrando a fincas y cruzando carreteras; y los aerogeneradores ocupan zonas de brisa donde, en verano, escapaban de las moscas.