«¡Sorte de Deus, porque podía haberme matado nas pedras!»

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

DEZA

Rocío Ramos

Urania dos Reis se cayó en la rúa Wenceslao Calvo Garra ayer tras tropezar a la altura de la pastelería

23 jul 2019 . Actualizado a las 07:49 h.

Pese a las labores de pulido que se llevaron a cabo en las últimas semanas en los tramos de piedras irregulares de la rúa Wenceslao Calvo Garra, en Lalín, estos continúan dando disgustos. En torno a las 12.10 horas cayó una vecina. Urania Dos Reis Dos Reis, de 72 años, cuenta que llevaba zapatos planos pero que al caminar tropezó con una arista de una de las piedras que sobresalía. Al caer se lastimó en las rodillas y en las muñecas, al apoyar las manos en el suelo.

Después de la caída fue al Concello para quejarse del estado de la calle y la Policía Local elaboró un informe y la trasladaron al centro de salud. La mujer destacó la amabilidad de los agentes pero se queja de que «esa rúa é un perigo, sobre todo para as personas maiores» que no andan seguras por ahí.

Cuenta que tiene descalificación y osteoporosis y su mayor miedo era romper algún hueso. Señala que «menos mal que non rompín ningún» y «¡Sorte de Deus, porque podía haberme matado nas pedras!». Pide al Concello que arreglen esa calle «porque está moi mal» y se pregunta en el caso de romper un hueso y tener que contratar a alguien para que se ocupara de ella quién le pagaría ese gasto.

En el centro de salud le realizaron dos radiografías y está pendiente del resultado. Ayer por la tarde se encontraba en su casa con la rodilla vendada y apuntaba que «non a podo dobrar» y estuvo poniéndole hielo para ver si mejoraba. Afortunadamente, señalaba, sus gafas también se salvaron del golpe. La que no se salvó era la falda nueva que llevaba y que se rompió con la caída.

Espera que el gobierno local actúe y «faga algo para arranxar iso, que non haxa huecos porque o pisar está moi mal e pode tropezar calquera, porque esa rúa ademáis é moi pina».

Algunas de las vecinas de Urania coincidían con ella en que la calle no les inspira ninguna confianza y alguna señalaba que desde que se realizaron las obras ya evita pasar por la calle por miedo a sufrir una caída. Urania espera que «non caia ningúen máis».