La expansión de la avispa del castaño sigue imparable en la zona

Javier Benito
javier benito LALÍN / LA VOZ

DEZA

Miguel Souto

El monumento natural de la Fraga de Catasós o la Serra do Candán tampoco se libran

01 jul 2019 . Actualizado a las 19:40 h.

La expansión de la avispilla del castaño (Dryocosmus Kuryphilus, en su nombre científico) sigue imparable y se extiende ya casi por cualquier rincón de Deza y Tabeirós-Montes. Parajes emblemáticos como la Fraga de Catasós, declarada monumento natural por la Xunta, o la Serra do Candán, tampoco se libran de este insecto que primero amenaza primero la producción del árbol, con una merma de castañas, para después incluso acabar con él, lo que supone también a los propietarios la pérdida de la madera.

Las voces de alarmas de propietarios, sindicatos agrarios y concellos como el de Lalín, que incluso activó el pasado mayo una campaña para recoger en su oficina agraria solicitudes de tratamientos, se siguen intensificación ante una realidad que por el momento no se consigue atajar con las medidas biológicas activadas desde la Xunta. Desde hace un año, cuando ya hubo alerta por el efecto de esta plaga, ha crecido. En buena medida, como explicaba Xacobo Feijoo, responsable de Desenvolvemento Rural de Unións Agrarias, por la altitud de Deza, «onde a avespa do castiñeiro vai a estar moi comoda».

Combate biológico

La presencia de esta plaga en Galicia llevó a la Xunta a promover un programa para combatirla y detener los daños causados en los sotos de castaños. Comenzó en el 2015, en colaboración con el Ministerio de Agricultura, a modo de plan piloto empleando un parásito (Torymus Sinensis) para minimizar y parar la presencia de las avispillas. Al tratarse de una lucha biológica se sopesan mucho las consecuencias, pero desde el primer año al actual, tras concluir recientemente la campaña de suelta, se ha dado un salto exponencial muy relevante. También en Deza y Tabeirós-Terra de Montes. Por ejemplo, en toda Galicia se soltaron 66.500 individuos en el 2016 y en el 2019, solo en las dos comarcas pontevedresas, ya fueron más, con 69.000. En el conjunto de Galicia se alcanzaron los 1,6 millones de unidades, frente a solo 705.000 en el 2018, pese a estar más previstas pero no pudo comprar más al proveedor de ese parásito en Italia, país de donde se importan al ser el único autorizado para su producción.

Desde Medio Rural también se remitió al sector, instituciones y concellos toda la información relativa a esta plaga que afecta a los castaños. Lo hizo en el Consello Forestal y a través de charlas en los distritos forestales y ayuntamientos, así como en ferias. También se publicaron trípticos informativos, comunicándose de forma directa las actuaciones en los municipios donde hubo suelta de estos parásitos. La consellería destinó este año 2,1 millones a este programa.