El documental «A media voz», con protagonismo estradense

s. G. R. REDACCIÓN / LA VOZ

DEZA

ANA GARCIA

Narra el viaje de dos cineastas cubanas a Galicia en el 2003 y ya se presentó en varios foros especializados

04 may 2019 . Actualizado a las 22:55 h.

Un faro abierto para que se abran emociones. Es una manera de resumir, al límite, la posibilidad que hubo recientemente de ver por dentro el faro del Cabo Roncudo, en Corme. No es una señal luminosa con la historia, el porte y la épica de primos hermanos como Fisterra, Vilán, las Sisargas o las Lobeira, pero nunca está mal penetrar en las entrañas de un punto clave para la navegación por la Costa da Morte. Y el permiso de la Autoridad Portuaria, con la colaboración esencial del Concello de Ponteceso, eso lo consiguieron los productores de la película documental A media voz, un trabajo para «recuperar emocións» de dos cineastas cubanas que llegaron a Galicia hace ya dieciséis años.

Así lo cuenta Samuel Lema, natural de A Estrada y jefe de producción del trabajo audiovisual. La producción corre a cargo de Matriuska Producciones, firma pontevedresa que tiene ya una amplia experiencia en el mundo cinematográfico.

En este trabajo, que ya ha sido presentado en varios foros especializados, logrando reconocimientos, pese a que aún no está terminado. En concreto, premiada en el festival de Málaga y avalada en el Foro de Coproducción de Berlín y en el DocLisboa. Además, la película tiene el apoyo del Agadic, de la Xunta, y de Ibermedia. «A película pon en valor o patrimonio ambiental e paisaxístico de Galicia, e tamén a temática dos retornados da emigración», señala Lema quien, a pesar de su apellido, es estradense, aunque sí sabe que el origen está precisamente en la Costa da Morte.

A media voz cuenta la historia y las historias de Patricia Pérez Fernández, que participó en la grabación hace unas semanas en el faro de Cabo Roncudo, y Heidi Hassan. Ambas abandonaron la capital cubana, recorrieron Europa y llegaron hasta la Costa da Morte, tierra de sus ascendentes. La primera, además, vivió unos años en Cabana, y ahora está en Madrid. La segunda eligió Suiza.

Además de esos planos de emociones sobre el mar visto desde o Roncudo, A media voz incluye grabaciones en el mirador de Monte Branco, A Barra, a Pedra Cuca y diversos paisajes de Corme y Laxe. Lugares que marcaron a las dos cineastas y emigrantes en su viaje hacia una nueva vida. Y todo ello, bajo una estética experimental que se aleja de los cauces habituales.