Los cocidos llenan ya los restaurantes de Lalín

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN

DEZA

Miguel Souto

Peregrinos, viajeros, familias y pandillas no se resisten a un plato que se disfruta en compañía

10 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

A un mes del inicio del Mes do Cocido que arranca en San Amaro y se prolonga hasta San Valentín, los restaurantes de Lalín viven ya su época fuerte con llenos los fines de semana. Es época de cocidos y aunque la llegada del plato ayuda, la fama es la fama y algunos restauradores comentan que las ollas con los productos típicos de este plato hierven, hasta en agosto.

Lo cuenta, José Luis Iglesias, del restaurante Cabanas, que señala que «este año tuvimos muchos andaluces en verano, algunos de ellos peregrinos» y que no quisieron dejar de pasar la oportunidad de probar el plato estrella lalinense. Al preguntar si no es mucho calor el de agosto para meterse un cocido, Iglesias señala que «los 27 ó 28 grados que teníamos aquí, a ellos les parecía un día fresquito».

Y aunque en esta época los comensales que más abundan, en general, son los gallegos, muchos de ellos de las zonas de costa, también se encuentran cada vez más en las mesas a lo largo del año, valencianos, catalanes, madrileños y andaluces, entre otros. Este fin de semana hubo hasta un numeroso grupo de canarios que saboreó un genuino cocido lalinense.

Los comensales otorgan muy buena nota a la experiencia. Ayer dos familias de Santiago y A Coruña llegaban a los postres muy satisfechos. Alberto Hermida comentaba, mientras esperaba para atacar las cañas de crema y la leche frita, que era su segunda vez y que la primera quedó tan encantado que aprovecharon que las dos parejas regresaban de una ruta y volvían de Ourense para hacer parada con los niños a comer un cocido.

En el mismo establecimiento varios miembros de una familia llegados del País Vasco y algunos puntos de Galicia aprovechaban el encuentro con la matriarca, de Dozón, para rendir pleitesía al cocido, lo mismo que un grupo de Ordes.

En el Currás, eran cerca de las cuatro de la tarde y las mesas aún estaban de bote en bote con grupos de Lalín, A Estrada, Rodeiro y otras zonas de la comarca. Las carnes llenaban las mesas en un ambiente festivo porque la esencia misma del cocido es esa: la de compartir mesa con amigos o familiares y disfrutar, un buen rato a la mesa, que tan abundante plato lleva su tiempo.

Y como son también horas de elaboración, los restauradores recomiendan reservar antes. Uno, para asegurarse tener una mesa lista y disponible y otra, para garantizar una experiencia única.

En los establecimientos ya comenzaron a ofrecer el plato con periodicidad en el mes de octubre. Ahora, a los comensales de fin de semana, se suman también los encuentros anuales de empresa tanto de firmas de la zona como para las que cuentan con empleados en toda Galicia y que eligen Lalín porque suma dos ventajas: el cocido y su céntrica situación geográfica. Entre los últimos, la mayoría elige los viernes, casi siempre a mediodía, para el ágape.