Un conflicto por tocar el claxon al repartir el pan en Vea acaba con doble condena

La Voz A ESTRADA / LA VOZ

DEZA

21 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El sistema de venta ambulante por las parroquias que llevan a cabo cotidianamente empresas de pescadería o panadería ha generado en la zona de Vea un conflicto que ha acabado con doble condena. El problema: el sonido del claxon que los repartidores utilizan para advertir de su llegada.

Los hechos se remontan al mes de abril del año 2004. Entonces, una mujer que se encargaba del reparto del pan en la zona de Vea fue abordada por un vecino del lugar de Tarrío (Santa Cristina de Vea) que le pidió que no tocase el claxon, entendiendo que lo hacía «de forma exagerada y molesta» e indicándole que tenía un bebé recién nacido al que ese ruido despertaba y asustaba. El juez considera un hecho probado que, ante este comentario, la mujer le dijo que seguiría pitando y que si quería protestar acudiese a su empresa, profiriendo además insultos contra él. En días sucesivos, ambos coincidieron en un bar de Vea y el vecino, tras cogerla del brazo y llamar su atención le dijo «que la iba a machacar y a intentar fastidiar costara lo que le costara».

El juez condenó a ambos a 15 días de multa con una cuota diaria de 6 euros. A ella por una falta de injurias leves y a él por una de amenazas leves. Ella presentó recurso de apelación, pero fue desestimada.