El chef pontevedrés lee el pregón de una Festa da Empanada de A Bandeira que quiere ser de Interés Turístico Nacional
18 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Nació prácticamente entre los fogones de la cocina del negocio familiar y tras abandonar sus estudios de empresariales, se volcó totalmente en la cocina. Pepe Solla (Poio, 1966) es hoy uno de los máximos exponentes de la cocina gallega y miembro del Grupo Nove, el cual tiene el objetivo de difundir y dar visibilidad a la cultura gastronómica de Galicia.
Poseedor de una estrella Michelín y tres soles Repsol, los luce con orgullo en el restaurante Casa Solla, del cual tomó las riendas en 1999 y que es uno de los restaurantes españoles con más tiempo con esa distinción. Este año, es el encargado de dar el pregón de esta edición de la Festa da Empanada en A Bandeira.
- ¿Es el primer pregón que da?
-No, no. He dado varios. En las fiestas de mi pueblo, en las dos parroquias de Poio, tanto en San Juan como en San Salvador, y en algún que otro lado más. No es el primero, pero siempre al final lo afrontas con tanta ilusión, con tantas ganas y tantos nervios como el primero.
-¿Ha estado antes en la Festa da Empanada de A Bandeira?
-No, esta es la primera vez. La mayoría de estas fiestas se hacen durante el verano para promocionarlas y aprovechar que la gente que está fuera también las pueda disfrutar pero este es también mi período de carga de trabajo más alto. De hecho no me voy a poder quedar a la fiesta después porque tengo que estar en el restaurante para dar el servicio de la noche. Me encantaría poder quedarme pero no me puedo permitir el lujo de faltar al servicio, desgraciadamente. De hecho tuve que cambiar la hora del pregón para que me diese tiempo a ir y volver.
-¿Cómo surgió su nombre para dar el pregón?
-Tengo amigos por la zona de A Bandeira y sé que ellos me propusieron, y también que la organización estaba buscando a alguien relacionado con el tema gastronómico y pensaron en mí.
-La pregunta es obligada. ¿Le gusta la empanada?
-(Risas). Claro que me gusta la empanada como muy buen gallego que soy. Es de las recetas más tradicionales y más mágicas de aquí. Siempre nos preguntamos por qué no se popularizó la empanada como lo hizo la pizza, cuando realmente es mucho mejor receta. Pero también es mucho más compleja y difícil de preparar. Así que yo creo que fue por eso, pero como fórmula es increíble, es completísima, de un solo bocado te está comiendo un guiso entero. Es maravilloso.
-¿Entonces usted también la prepara?
-Sí claro, en el restaurante no, porque no encaja en nuestro concepto. Pero en los banquetes, que nosotros hacemos bastantes, sí vendemos miles de empanadas cada año.
«Personalmente yo soy más fan de la masa fina»
-¿Cual es la mejor empanada que recuerda?
-Eso es muy difícil, eh. Hay tantas recetas, con distintas masas, de trigo, de maíz, hojaldradas, masa fina o masa gorda. Yo personalmente soy más fan de la masa fina. Recuerdo empanadas muy buenas de todos los tipos. Es increíble porque es un guiso que se cocina y se mete entre dos panes, pero a la vez también es realmente complejo.
-¿Y la peor?
-Tampoco sabría decirte, eh, pero recuerdo empanadas muy malas. Tenemos que aprender que el éxito o el fracaso no está solo en el producto sino en hacerlo bien o mal. Eso es lo que de verdad marca la diferencia.
-¿En una empanada cabe de todo?
- Sí, aunque me da mucho miedo decir esto, porque a veces se hacen completas aberraciones y esas no caben en una empanada ni en ningún sitio. Tampoco podemos abrir la mano y decir que cabe de todo. Por supuesto que se puede hacer de cualquier cosa, porque la cocina es infinita, y tenemos que seguir enriqueciéndola y mejorándola, y a veces hay que ser un poco osados, pero que la osadía no nos lleve a cometer errores. He visto empanadas que pensaba que no podían funcionar, y estaban muy buenas porque estaban bien hechas.
-¿Que le falta a la empanada para ser tan famosa como la pizza?
-Yo creo que por famosa lo es, pero por ser más compleja de hacer no es tan popular. Es una reflexión de los gallegos decir ‘no entiendo por qué en vez de haber tanta pizzería no hay empanaderías’. Pues porque es mucho más compleja, pero más rica también.