Condenan a seis años de cárcel a un estradense por un delito de abuso sexual contra una amiga

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

DEZA

Tendrá que indemnizar a la víctima con 75.000 euros y cumplir orden de alejamiento una vez rematada la prisión

25 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El estradense M. F. L. acaba de ser condenado a seis años de prisión por un delito de abuso sexual cometido la noche del 25 de agosto del 2016 contra una amiga con la que horas antes había acudido a una verbena. El fallo judicial -dictado el pasado 16 de mayo por la sección segunda de la Audiencia de Pontevedra- condena además al estradense a indemnizar con 75.000 euros a la víctima, cuya defensa fue ejercida por la abogada estradense Inés Barreiro. Le impone también, una vez cumplida la pena de prisión, una orden de alejamiento superior a dos años. Durante este período tendrá prohibido acercarse a menos de 100 metros de la víctima, de su domicilio, su lugar de trabajo o a cualquier espacio frecuentado por ella, ni comunicarse con ella por ningún medio. Además, la sentencia le impone al condenado las costas procesales.

Los hechos, denunciados en octubre del 2016, se remontan a la noche del 25 de agosto de aquel año. Ese día la denunciante acudió en compañía del denunciado y de otros dos amigos a la verbena de San Lois que se celebraba en A Rocha.

En la romería de A Rocha

Tras tomar varias consumiciones en el campo de la fiesta, la joven comenzó a sentirse indispuesta y llegó a perder el conocimiento, por lo que sus amigos la llevaron en coche a su casa. Ella misma abrió la puerta del domicilio. Los tres amigos la dejaron en el sofá y se marcharon.

Poco después, el acusado, sabiendo que la mujer estaba sola y que la puerta no había quedado cerrada con llave, volvió al domicilio de esta y se la encontró todavía en el sofá. El tribunal considera como hechos probados que el hombre la ayudó a subir las escaleras y a quitarse la ropa -ya que por su estado era incapaz de hacerlo por sí misma-, la metió en la cama y se acostó también él con ella.

Durante el juicio, el acusado reconoció haberle quitado la ropa, salvo la interior, y haberse tumbado a su lado en la cama hasta que ella se quedó dormida, pero negó de manera reiterada la agresión. Aseguró que durante los días siguientes ambos mantuvieron una relación «normal» y alegó que incluso ella acudió después a su fiesta de cumpleaños.

Secuelas postraumáticas

No obstante, el tribunal ha dado por probado que existió un abuso sexual aprovechando que la víctima no podía oponer ningún tipo de resistencia por su estado de inconsciencia. A raíz de él, la agredida precisó atención psicológica y tratamiento psiquiátrico, quedándole como secuelas una sintomatología propia del estrés postraumático, con ansiedad relevante, síndrome afectivo grave y depresión mayor.

Contra este fallo, el condenado podrá interponer recurso de casación ante el Supremo.