Toby ya sonríe tras ser rescatado por activistas y el Seprona

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos A ESTRADA / LA VOZ

DEZA

Cedida

Era el can que faltaba de los cuatro hallados encadenados y sin alimentos en un monte de Ribela

19 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Toby tiene menos de dos años y un bonito pelaje color caramelo. Su vida en los últimos tiempos no fue fácil pero ahora ya sonríe. El pasado 3 de febrero, coincidiendo con la celebración del campeonato de caza del zorro en Forcarei, decenas de animalistas que intentaban evitar que fuesen abatidos zorros, se encontraron de forma casual con una parcela en la que estaban encadenados cuatro perros sin resguardo suficiente y sin alimentos. La finca , en la aldea de Entrecastelo, en Ribela (A Estrada) estaba llena de maleza y chatarra. Los cuatro canes mestizos presentaban síntomas de hipotermia y estaban cubiertos de parásitos, según denunciaron en su día los animalistas.

Denunciaron el caso al Seprona, cuyos agentes se encontraban supervisando el campeonato. Localizaron al dueño de la finca que autorizó su traslado. Los activistas se llevaron a tres de los canes, pero por falta de espacio tuvieron que dejar a Toby. El 6 de febrero regresaron al lugar. Si el día 3 Toby no tenía chip, el día 6 lo tenía desde el día anterior. El 5 lo había dado de alta una mujer con residente en Entrecastelo, en una aldea próxima, que mandó a alguien a buscarlo.

Los activistas regresaron el 3 de marzo a la zona para ver como estaba el animal. Se lo volvieron a encontrar encadenado. Denunciaron el caso a la Guardia Civil y ese día por la noche el perro ya no estaba. A través de una campaña a través de change.org buscaron colaboración ciudad.

Explican que recibieron llamadas de vecinos a través de números ocultos que les fueron dando pistas. Con estas ayudas finalmente pudieron localizar el lugar donde se encontraba Tobi, en una finca a diez kilómetros de A Estrada, propiedad de un familiar de la dueña del perro. Los agentes del Seprona actuaron de mediadores en el caso y la propietaria accedió a entregarlo a la protectora. Ayer estaba en una casa de acogida el Vigo.

Mely Sousa, una de sus rescatadoras, explica que «en un día, ya cambió mucho y está mejor, pero es un perro aterrorizado que tiene mucho miedo». Apunta que «es listísimo y muy sumiso». Está dice, muy delgado y lo primero que hicieron fue llevarlo al veterinario, desparasitarlo porque estaba cubierto de garrapatas y bañarlo. Tobi, ahora ya sonríe, a la espera de encontrar una nueva familia que lo quiera y lo cuide para siempre. Sus compañeros de cautiverio también están ya ahora en buenas manos.

A Lula, en Cambados, se le acaba ahora el período de acogida temporal y están buscándole una familia. Epi, se encuentra en la protectora Bai.Senpulgas de Baiona y Blas en Vigo.

Blas, cuenta Mely Sousa Rodríguez, «es el que peor estaba, tenía infecciones de orina y no sabemos aún si puede tener algo renal». La protectora Bai.Sen pulgas se está haciendo cargo de los gastos de veterinario.

Ayer expresaban su agradecimiento a los agentes del Seprona por su ayuda y colaboración, a todos aquellos que les ayudaron a encontrar a Toby y a la abogada Cristina Rodríguez y a muchos otros.