Beneficiarios del compost tendrán que firmar un compromiso de uso

Lars Christian Casares Berg
ch. casares PONTEVEDRA / LA VOZ

DEZA

Las primeras estaciones comunitarias empezarán a funcionar en febrero

06 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Reunión en la Diputación con los alcaldes de la provincia para fijar dónde empezarán a funcionar los primeros composteros comunitarios de la provincia. El vicepresidente de la institución, César Mosquera (BNG), le pidió al medio centenar de asistentes, entre alcaldes, concejales y técnicos municipales, que las plantas comunitarias que se pondrán en marcha deben servir de «espello positivo e de cabeza tractora para os demais concellos interesados».

Por eso se pondrá en marcha una auditoría de los proyectos que presenten los alcaldes. El objetivo es evaluar la implicación social que tendrán las comunidades que serán las pioneras en el tratamiento de residuos orgánicos mediante el compostaje. «Estamos no momento de gañar a batalla dos composteiros comunitarios poñendo en marcha instalacións con garantías de funcionamento», dijo Mosquera.

Una comisión evaluará las propuestas de los ayuntamientos y lo que más se tendrá en cuenta a la hora de que pasen el filtro será la implicación vecinal. De hecho, los proyectos deberán ir acompañados de la firma de los vecinos y comerciantes implicados. «Un compromiso firmado do representante de cada unidade familiar», explican desde la Diputación. Así se pretende que los primeros proyectos, que se calcula que empezarán a funcionar en febrero, no sean fallidos, ya que el foco estará sobre ellos.

La aportación de restos de podas o estudios que expliquen cómo se distribuirá o qué se hará con el compost resultante también primarán a la hora de elegir los primeros proyectos de composteros comunitarios. Estos baremos ponderarán más que la ubicación de las propias plantas, por ejemplo. Serán los concellos los que deberán canalizar las peticiones de cualquier otra asociación, grupo o mancomunidad vecinal. A cada concello se le suministrará un máximo de 24 composteros, que podrán agrupar como mucho en doce o como mínimo en tres para crear las plantas comunales.

Cada dos años, los ayuntamientos deberán emitir un informe sobre el correcto funcionamiento de las plantas.