Para capear un temporal no hay nada mejor que una carpa y si no que se lo digan a los feriantes a los que ayer, por colocación estratégica histórica de sus puestos, les tocó la chiripa y pasaron la feria a cubierto. La instalación de la carpa para la Festa da Cuxa de hoy cubría una parte importante del recinto, pero dejaba fuera a otros muchos. Los que tuvieron la suerte de poder montar dentro se mostraban ayer encantados con la carpa. Un vendedor de ropa señalaba que «esto te quita del viento, del agua y ojalá nos la pusieran todo el año». Otros vecinos de puesto iban más allá y reivindicaban carpa para todo el año pero que cubriera todo el recinto. Alguna veterana vendedora incidía en que «eiquí chove moito e moitas veces entre o vento e a auga o de montar complícase». Los que se quedaron fuera lo llevaban con resignación y alguno bromeaba diciendo que «será que nos pagamos menos». Con carpa y sin carpa, los aguaceros que fueron descargando a lo largo de la mañana con poca tregua no animaron la feria. En eso sí coincidían los de la carpa y los de fuera, en una jornada de mercado que se saldó, decían, con poco movimiento de gente y pocas ventas. De hecho hubo alguna vendedora que anunciaba a voz en grito precios especiales en la jornada de ayer apuntando que «es que tengo que hacer un pago y por eso hoy lo vendo más barato». En alguna zona de la feria los puestos se veían más sueltos y con algunos huecos mientras alguno insistía «pon, que queremos carpa, pero para siempre».