Sin medicinas para frenar la sangría demográfica en la zona

Javier Benito
Javier benito LALÍN / LA VOZ

DEZA

La reversión en la caída de vecinos, misión imposible de los concellos

05 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Si nadie lo remedia sumaremos un año más de pérdida de población en Deza y Tabeirós-Terra de Montes. Pero ese cáncer que azota a las comarcas tiene difícil cura. En el 2014 el censo se situará en las comarcas en el entorno de las 68.000 personas, mientras los concellos buscan tratamientos paliativos para aminorar una herida. Pero les faltan, a la mayoría, medicamentos adecuados que combatan un modelo cuya proyección cada vez se aproxima más, con los residentes en las dos cabeceras comarcales, Lalín y A Estrada, y municipios satélite cada vez más despoblados.

¿Qué causas están detrás de la caída poblacional?

Existen múltiples variables, donde Deza y Tabeirós-Terra de Montes no difiere del resto de Galicia. La tasa de natalidad cayó en picado, sin que la población inmigrante logre compensar esa dinámica. En décadas como las de los 80 y 90 los emigrantes retornados supusieron un colchón paliativo, ahora inexistente. Además hay que sumar el brutal envejecimiento de la población en las comarcas, junto al fuerte éxodo del rural en los 70 y 80 cuyas consecuencias se siguen pagando en la actualidad. A ello hay que sumar los factores económicos que no logran atraer personas a la zona y motiva la marcha de los jóvenes más preparados ante las dificultades para encontrar empleo.

¿Qué mecanismos tienen los concellos para revertir la situación?

El margen de maniobra resulta muy escaso. En especial para los más rurales, con menos servicios y mercado laboral. Deben combatir además variables sociológicas y culturales arraigadas, que desvirtúan a las personas que se quedan en la aldea para dedicarse a la agricultura frente a quienes se van a la ciudad. Además el campo cada vez requiere menos mano de obra.

¿Campañas de fomento de la natalidad o para empadronar como hizo Lalín pueden ayudar?

Son opciones cuyos réditos pueden variar mucho en función de cada municipio. En el caso lalinense, supeditado en parte a acceso a servicios, le posibilitó mantenerse por encima de los 20.000 habitantes. En los concellos se opta por cribar los censos, contrastar los datos del INE para «recuperar» vecinos aduciendo desfases a su favor.

¿Qué consecuencias traerá a corto o medio plazo el descenso demográfico en la zona?

El modelo de distribución de la población, ahora en ciernes, terminará por consolidarse a medio plazo. Algunos expertos lo sitúan en un horizonte máximo de veinte años. Un modelo que pasa por la existencia de dos cabeceras comarcales cada vez más pobladas, A Estrada y Lalín. El resto de municipios perderá de forma progresiva vecinos. Cada vez puede sonar menos utópica la tan traída y llevada fusión de concellos, en su día alentada precisamente por el alcalde lalinense, José Crespo, sin encontrar mucho eco y ahora defendida desde la Xunta, aunque con una tibia aplicación práctica.

¿Hay margen de maniobra alternativo?

Todo depende de un cambio de modelo cultural, donde se quiera tener hijos, ya que el incremento de la natalidad sustentaría una de las patas de una reversión de esa constante caída demográfica en la zona. La capacidad para generar empleo, lograr soporte económico para la población además de mantener o incrementar servicios de calidad que atraigan a la sociedad jugarían papel importante.

análisis Hacia un modelo con dos polos poblacionales en Lalín y A Estrada