Mantienen la petición de 20 años para los acusados del crimen del Umia

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

DEZA

Los acusados están, en todo momento, custodiados.
Los acusados están, en todo momento, custodiados. CAPOTILLO< / span>

Familiares de la víctima increparon a los acusados en el último día de vista oral. Hoy se espera conocer el veredicto

14 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Tras cuatro intensas sesiones, el juicio por el crimen del Umia ha entrado en su recta final después de que ayer acusaciones y defensas expusieran sus informes finales. Hoy se espera que los nueve integrantes del jurado popular emitan un veredicto.

La fiscala y el abogado de la familia de Enrique Monteagudo han mantenido los veinte años de prisión que solicitaban al comienzo de la vista. «Hay suficiente prueba para considerarlos responsables a los cuatro de un delito de asesinato», precisó la acusación pública. Insistió en que se encontraban en el escenario del crimen en el momento en el que este se consumó en la tarde del 22 de julio del 2010. Puntualizó que Adrián Ferro solo realizó dos declaraciones en sede judicial. En la primera ya incriminó a Borja Coucheiro -«es de una frialdad tremenda»-, mientras que en la segunda dio los nombres de los otros tres encausados.

Tras aclarar que nunca se sospechó como autores del asesinato de los dos jóvenes que llegaron a estar imputados por la Guardia Civil como encubridores, la fiscala se mostró convencida de que, inicialmente, «no había premeditación para matar». Eso sí, posteriormente agredieron a la víctima «con intención de acabar con su vida».

En cuanto a las defensas, estas volvieron a insistir en la inocencia de sus clientes. Así, en el caso de Adrián Ferro, su abogado mantuvo que los cuatro encausados acudieron al encuentro con Enrique Monteagudo por «orden expresa» de Borja Coucheiro, a quien la víctima, supuestamente, le adeudaba ocho mil euros.

Añadió que su defendido «no pudo evitar ni prever el ánimo homicida» del encuentro, así como dejó claro que, como máximo, debería responder como cómplice de un homicidio y aplicándosele la atenuante analógica de confesión.

El representante de Jesús Piñeiro recordó que padece una esquizofrenia paranoide por lo que, en caso de condena, consideró que tendría que «concurrir una eximente completa» de su responsabilidad penal.

Los abogados de Borja Coucheiro y de Héctor Vázquez no solo atacaron la supuesta debilidad de las pruebas, sino que pusieron en la picota determinados aspectos de la instrucción judicial y de la labor que llevaron a cabo en algunos momentos los guardia civiles. En este sentido, el primero de estos letrados llegó a ver paralelismos entre el crimen del Umia y el de Marta del Castillo en cuanto a las versiones que Adrián Ferro ofreció: dos a nivel judicial y cuatro ante el instituto armado.

La jornada concluyó con los familiares de la víctima increpando a los acusados. Estos tuvieron tiempo de volver a insistir en que no son los asesinos. Héctor Vázquez, tras asegurar que no conocía a la víctima, señaló que lleva «años esperando una explicación. Me han fastidiado la vida», mientras que Borja se dirigió a Adrián: «A ver si algún día me dice el porqué».