La Xunta firmó ayer la orden que da el visto bueno definitivo al Plan
04 jun 2013 . Actualizado a las 07:02 h.El conselleiro de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras, Agustín Hernández, firmó ayer en A Estrada la orden para la aprobación definitiva del Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM). La rúbrica pone fin a más de veinte años de intentos de gestación, con cuatro equipos redactores y cuatro documentos distintos que por cuestiones técnicas y políticas no llegaron a ver la luz.
El Plan establece la capacidad residencial del municipio en 17.958 viviendas: 11.264 son las ya existentes y las 6.694 restantes las que la nueva normativa permite levantar. Reconoce el sistema tradicional de asentamientos y recoge 417 núcleos rurales de los que 259 son histórico-tradicionales.
El nuevo documento califica como suelo rústico el 94% de la superficie del municipio y cierra la trama urbana con el desarrollo de 20 ámbitos urbanizables delimitados que albergarán usos residenciales, industriales, de servicios terciarios o dotacionales. Así, según explicó el alcalde, José López, en determinadas zonas urbanas se priorizará la construcción de viviendas unifamiliares y en otras se apostará por el uso comercial.
En el plano de las infraestructuras, el PXOM contempla la creación de un anillo de comunicación que partirá de la carretera N-640 y actuará como variante, rodeando el núcleo urbano de A Estrada para descongestionar el tráfico interno.
El documento prevé también actuaciones en los barrios, entre las que destaca una zona verde en el entorno de la Academia Galega de Seguridade para paliar el déficit de zonas verdes en el Concello.
El alcalde de A Estrada declaró tras la firma de la aprobación que «hoxe é o día máis feliz da miña vida, sin ánimo de que se poida ofender a miña muller. No político, seguro. E no persoal seguramente tamén». Recordó que el Plan no solucionará los problemas pero se refirió a él como «a ferramenta que máis repercusión podía ter na reactivación económica da Estrada». Presumió de un documento al que calificó como «solvente, relativamente ambicioso e xurídicamente seguro».