Nos de Sobradelo ganó el certamen en la categoría más adulta
22 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.A Estrada se convirtió ayer en la capital del folklore gallego de la mano de una nueva edición del festival que organiza Tequexetéldere. Un certamen que este año batió récord de participación y que reunió a un total de 31 grupos llegados de distintos puntos de Galicia y repartidos en cuatro categorías.
Por la mañana le tocó a las categorías A y B, para escolares de hasta diez años y para los que tienen entre diez y doce años. Por la tarde a la categoría C para participantes de doce a dieciséis años y la D, para mayores de dieciséis. En esta última el primer premio fue para el grupo de la Asociación Nos de Sobradelo, el segundo para la asociación cultural Os Xeitosos de Trazo y el tercero para Airiños de San Xulián. En la C Nove Ferreñas de Vai de Roda obtuvo el primer premio. El segundo fue para Seixebra y el tercero para Tras do Eo del centro Cultural Ponte Vella. En ambas el accésit para el mejor vestuario fue para Mar de Arousa y el de mejor acompañamiento para A Ponte Vella.
En cuando a los más pequeños el primer premio de la categoría A fue para A Telleira del Centro Cultural A Ponte Vella, el segundo para Airiños de San Xulián y el tercero para C de la Escola de Muñeira Cantigas e Agarimos.
En la categoría B obtuvo el primer puesto la B de la asociación cultural Armadanzas de Laraño. El segundo fue para O Muíño da Retorta del A Ponte Vella y el tercero para Sete Ferreñas de la asociación Vai de Roda. El accésit al mejor vestuario de estas dos categorías fue para Pontevella que también obtuvo el de acompañamiento.
Fuera de concurso actuaron los grupos D y C de Tequexetéldere y los gaiteiros de la agrupación.
Este año el aumento del número de participantes obligó a la organización a cambiar de escenario y trasladando las actuaciones el recinto ferial estradense. Los organizadores barajan regresar en la próxima edición al teatro Principal para no perder el empaque de un espectáculo.
Un muy numeroso público disfrutó a lo largo de la jornada de los bailes, de la música, y de la belleza de los trajes lucidos por los participantes. La mayoría eligió para el concurso elaborados trajes de gala, aunque hubo quien prefirió la elegante sencillez de los de diario.