Aspadeza busca ayudas para disponer de vivienda tutelada

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

DEZA

José, José Antonio y Orlando en distintos momentos de su día a día en el complejo de Aspadeza.
José, José Antonio y Orlando en distintos momentos de su día a día en el complejo de Aspadeza.

El colectivo inició el proyecto y calcula un coste total de unos 200.000 euros

14 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Aspadeza se constituyó el 13 de septiembre del año 2000 con el objetivo de mejorar la vida de las personas con discapacidad intelectual de la comarca de Deza, a través de la integración social y laboral. Desde entonces el trabajo de esta gran familia ha alcanzado muchas metas, entre ellas la puesta en marcha del centro ocupacional de Mouriscade y ahora se embarca en una nueva aventura. Un proyecto ilusionante que tiene como objetivo comprar un bajo para convertirlo, una vez rehabilitado, en una vivienda tutelada de ocho plazas.

Un hogar para hoy y también para hacer frente a futuras necesidades y, sobre todo, para prestar servicio a aquellos usuarios que un día necesiten un hogar.

La agrupación tiene solicitadas ayudas a Agader y a la Fundación Once y calcula que el coste de la vivienda, su acondicionamiento y equipamiento puede costar, al menos, unos 200.000 euros. Los técnicos están elaborando el proyecto y la asociación tiene un bajo ya mirado, a la espera de lograr la ayuda que les permita comprarlo, aunque necesitará otras para poder hacer realidad este sueño.

Participación en el proceso

Mientras, los chavales están ilusionados con la idea de tener un piso. Dado que va a ser su casa, los chicos están participando de una forma directa en el proceso, dieron su opinión sobre la zona que les gustaría y ya fueron a ver la posible elección.

En Carnaval en el concurso de disfraces del centro comercial Pontiñas ganaron el premio simpatía que les reportó 50 euros. Una cantidad que ya gastaron en «cousas para a casa». Y aunque la cantidad no daba para la lavadora que le hubiera gustado poder comprar a alguno, sí pudieron adquirir algo de menaje, una sartén o vasos. La asociación cuenta con 46 socios titulares, padres o tutores de personas con discapacidad intelectual, seis socios numerarios y 155 socios protectores. El centro ocupacional de Mouriscade tiene capacidad para cincuenta plazas, quince de las cuales están concertadas con la Xunta.

En total una gran familia de la que forman parte Verónica Basalo, María Balbanera Taboada, Adrián Fernández, Sandra Taboada, José Antonio Villamayor (Toño), Vanesa Fernández, Jesús Rozas (Suso), Eduardo Rodríguez, Francisco Javier Fernández (Fran), Olga Sampayo, Javier Méndez, Karina Taboada, Manuela Donsión, Albino Iglesias, Mercedes Méndez, Rosa González, Rosa María Fernández (Rosi), José Taboada, Eva Guzmán, Esteban Constela, Orlando Villar, María Meijome, Tania González y Sonia Hermida.

El centro solo cierra en agosto, pero como señala la directora del centro, Ángeles Baldonedo, «si fora por eles non pecharíamos nunca». Y es que todos agradecen poder disponer de encargos de trabajo como los que les llegan desde varias empresas. A estas labores se añaden talleres de musicoterapia que empezaron este año y que tiene un gran éxito junto con otros de relajación, educación vial y de memoria. La plantilla la integran además de la directora, la trabajadora social Beatriz Blanco, la psicóloga María Dolores Mendoza, la educadora social Sandra Taboada, las monitoras Rosa María Taboada y Carmen González, el coordinador Santiago Ramos, el monitor de jardinería, Sergio García y la cocinera Lucía Díaz.