La posible disolución del GDR-20 hace peligrar inversiones vitales

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

DEZA

La continuidad del grupo depende de la renovación de una póliza de crédito

28 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Las dificultades para renovar una póliza de crédito por valor de 30.000 euros hacen peligrar inversiones previstas en la zona por un millón de euros. Así lo puso de manifiesto ayer el gerente del Grupo de desenvolvemento rural Ulla-Umia-Lérez (GDR-20), Manoel Anxo Escariz.

El grupo gestiona ayudas europeas para promover el desarrollo rural en los municipios de A Estrada, Forcarei, Cerdedo, Cuntis, Portas, Moraña, Caldas de Reis, Valga, Pontecesures y Catoira. En este momento, el equipo tramita la ejecución en todo el territorio de un paquete de proyectos con inversiones que alcanzan el millón de euros. Sin embargo, las ayudas no podrán cobrarse si el GDR-20 no logra la renovación de la póliza de crédito que permitiría abonar los sueldos del personal del equipo gestor.

El gerente y el administrativo del grupo no cobran sus nóminas desde el mes de julio. El grupo tiene además una deuda con Hacienda -que ha logrado prorrogar por seis meses- y otra con la Seguridad Social -a la que se había pedido un aplazamiento del pago que caduca esta semana-. El lastre de estas deudas -que solo podrían pagarse tras la renovación de la prórroga del crédito de 30.000 euros concertado con Banesto- impide cobrar 7.000 euros que la Axencia galega de desenvolvemento rural (Agader) está en disposición de pagar de inmediato al GDR-20, salvando así la disolución del grupo.

Cinco meses de impago

Sin embargo, si la renovación de la póliza no se produce, la continuidad del grupo estaría en peligro. «Se non ingresamos algo xa, con cinco meses de impago ó lombo teremos que denunciar á maxistratura para cobrar as nóminas», explica Escariz.

La Consellería de Medio Rural había firmado convenios con Banesto y Caixanova para la concesión de los créditos precisos para el desarrollo del programa. Sin embargo, la delicada situación de las entidades financieras y su desconfianza hacia la solvencia de la administración han llevado a Banesto a poner trabas a la prórroga de la póliza del GDR-20 a pesar de que, según Escariz, «sería unha renovación da póliza con risco cero e Agader pagaría en tres semanas».

El gerente recordó que Agader paga tras la presentación de los recibos, por lo que, si cierra el 2012 sin abonar la cantidad que correspondería al GDR-20, la deuda tendría que asumirla la propia agrupación local.

Largas sucesivas

Hasta el momento Banesto ha dado sucesivas largas al GDR-20 sobre la renovación de la póliza. El grupo podría recurrir a otras entidades financieras si contase con el aval de los concellos implicados. Sin embargo, las dos intentonas realizadas hasta el momento de lograr un aval conjunto no han conseguido un compromiso firme de los concellos.