La Festa da Vincha desaparece al dar por cumplido su objetivo

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

DEZA

Tras once ediciones la asociación Espadela considera recuperado el postre tradicional vinculado al Entroido

27 ene 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

El Entroido llegará este año sin una de las citas consolidada en el panorama gastronómico comarcal. La Festa da Vincha de Cerdedo desaparecerá del calendario festivo tras once ediciones consecutivas organizadas por la Asociación de Mulleres Espadela.

La cita fue la primera propuesta gastronómica del municipio de Cerdedo. Fue impulsada por Espadela con el objetivo de recuperar la vincha, un postre típico del Entroido local que ya casi no se cocinaba en ninguna casa. La vincha es un dulce que se cuece en el interior de una vejiga de cerdo seca y ahumada. El declive de la matanza tradicional y el desaprovechamiento de las vejigas provocó un olvido progresivo de la tradición culinaria. La fiesta nunca contó con un gran apoyo oficial, pero ayudó a promocionar el postre y consiguió que la receta volviese a muchos hogares.

Según explicó ayer la presidenta de la asociación de mujeres Espadela, Montse Fernández Arén, la fiesta deja de celebrarse porque «os obxectivos cos que naceu están cumpridos». «A tradición está recuperada e hoxe todos os veciños fan a vincha nas súas casas de forma natural», indicó. «Agora que a vincha está recuperada no sentido cultural e material, continuaremos traballando noutras liñas», explicó.

Degustación a pequeña escala

No obstante, el colectivo no descarta la celebración de alguna romería o acto social abierto al público en el que se incluya la degustación de vinchas. «Á escala que se facía non, pero seguramente facemos algo como recordatorio desa tradición culinaria recuperada», indicó Montse Fernández.

La Festa da Vincha de Cerdedo contribuyó a la divulgación de un producto escasamente conocido y que llegó a alcanzar una demanda importante. La cita gastronómica arrastró al municipio a decenas de visitantes que solían agotar la producción de vinchas que los vecinos ponían a la venta.