Sin embargo, se trata de un contrato prorrogable cada tres años hasta un tope máximo de 25 años, por lo que la Xunta podría llegar a desembolsar un total de 63 millones de euros para este servicio.
Fue el empresario compostelano José Otero el que hace tres años, a través de la fundación que lleva su nombre y el de su esposa, Carmela Martínez, emprendió la construcción del edificio, con una superficie de 8.000 metros cuadrados que se reparte entre el bajo y las cuatro plantas, y que dispone de cocina, comedor, sala de fisioterapia, gimnasio, salas de animación, juegos, televisión y lectura, farmacia y hasta una cafetería.