Los compostelanos y los dirigentes locales se enfrentarán desde mañana al efecto que para la circulación rodada tendrán las obras sobre el punto más caliente en materia de tráfico de la ciudad, por el que pasan a diario 50.000 vehículos. Dos de los seis carriles del tramo del Hórreo que da frente a la estación de Renfe se eliminarán desde mañana mismo. El corte afectará al tráfico de bajada en el tramo entre el cruce del Hórreo con la avenida de Lugo y la rotonda de Galuresa. Inicialmente el tráfico de subida se mantendrá en las condiciones actuales, aunque no será por mucho tiempo. De forma inminente se quiere empezar también con la eliminación de la mediana, lo que afectará a otros dos carriles. En ese momento, de hecho, se prevé que tan solo queden hábiles los otros dos, uno para cada sentido, aunque se desplazarán los dos hacia la parte de la calzada que ahora es de subida.
La situación no será fácil para la circulación. La edila de Mobilidade, Marta Álvarez-Santullano, asume que «el tráfico non vai ser fluído» y que «haberá atascos». Se refiere no solo a la parte del Hórreo que inicialmente se verá afectada por las obras, sino también al vial Sar-Pontepedriña, que será la alternativa al Hórreo, junto con la AP-9, al ganarle dos carriles adicionales tras la eliminación de las bandas de aparcamiento. De hecho, ayer por la tarde se trabajaba sobre el vial para intentar tenerlo repintado con cuatro carriles al término de la jornada. La meteorología adversa de la última semana impidió hacerlo antes y con el temporal que se espera para hoy tampoco esta sería una jornada apta para asumir ese trabajo.
El Ayuntamiento localiza los puntos más conflictivos para el tráfico en las rotondas de los dos extremos de Clara Campoamor (el vial Sar-Pontepedriña), donde habrá policía para ordenar la circulación en las horas punta de la mañana, el mediodía y última de la tarde, aunque un punto complicado será sin duda en el carril de la avenida de Lugo para incorporarse a la rotonda inferior de Sar.