«Pontevedra es una plaza que se me da bien, con una afición muy buena»

DEZA

El número dos del escalafón taurino toreará el 3 de agosto en la ciudad con la meta de repetir el éxito de los dos años anteriores, en los que abrió la puerta grande

27 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

El 3 de agosto, el coso de San Roque acogerá un cartel de los que se llaman de lujo. Salvo contratiempos de última hora, en el albero se podrá paladear el arte de Sebastián Castella, Enrique Ponce y Manuel Jesús, El Cid. El espada sevillano llega a a la plaza de Pontevedra, donde «he tenido dos salidas consecutivas por la puerta grande con toros de Sorando» y en la que, en su primera visita, se enfrentó con victorinos, a los que consiguió cortar un apéndice. «Espero que este año el triunfo se vuelva a repetir».

-Si le pregunto por la afición de Pontevedra, ¿qué le viene a la mente?

-Tengo un recuerdo muy bueno. Este será mi cuarto paseíllo en Pontevedra. Es una plaza que se me da muy bien, con una afición muy buena. Es de esas aficiones ante las que nosotros, los toreros, nos gusta torear y nos incitan a estar bien.

-Y llega como segundo del escalafón.

-Sí. La verdad es que estamos en un momento extraordinario, con toros casi a diario. Esperemos que la racha continúe porque ahora empieza en agosto lo que los matadores decimos la maratón taurina, toreando casi a diario y, parece que no, pero coge uno muchísima confianza.

-La pasada temporada la terminó con dos rabos y en lo que llevamos de esta ya ha cortado uno más...

-No cabe duda de que estamos en un buen momento, en un año para mí muy importante, sobre todo, para disfrutar de mi profesión y consolidarme. Esperemos que en Pontevedra, con toros de Alcurrucén que tienen un cartel muy bonito, muy atractivo, pueda lograr otro triunfo.

-Por cierto, hablando de Pontevedra, ¿conoce la ciudad?

-La verdad es que no he tenido tiempo, porque siempre llegó por la mañana y lo que hago es descansar en el hotel. Solo me levanto para comer algo e irme a la plaza.

-¿Tal vez sea esta una de las partes más tristes de su profesión?

-La verdad es que sí y es algo que comentamos mucho. Decimos que hemos estado en muchísimas ciudades y sitios, pero al final lo que conocemos son los hoteles y los caminos a las plazas. No tenemos tiempo. Siempre vamos a contrarreloj y es una pena porque España tiene unas ciudades preciosas que nosotros, desgraciadamente, cuando estamos en ellas toreando no llegamos a conocer.

-Volviendo a su participación en A Peregrina, ¿cómo ve a sus compañeros de terna?

-Es un cartel de máxima expectación y de máximas figuras. De Ponce sobran las palabras. Todo el mundo lo conoce, sabe que clase de torero es: una de las máximas figuras de este mundo. Y Castella es otra figura que se está afianzando arriba. Somos tres toreros, creo yo, de primer nivel y esperemos que Alcurrucén nos dé una gran corrida porque es una gran ganadería de toros extraordinarios. Parece que es la clásica ganadería donde [sus toros] hay sitios que embisten más que en otros, y en Pontevedra ha dado grandes tardes. Esperemos que esta sea una de ellas.

-¿Tengo entendido que viene de una familia ganadera?

-Sí, hubo un momento en el que tuvimos una ganadería de reses bravas. Fue algo muy ilusionante porque, quieras o no, el criarte entre ganado bravo te da un mayor conocimiento de estos animales.

-¿Cómo fue cambiar el estar detrás de los toros a ponerse delante de ellos?

-Me picó el gusanillo. Mi hermano era novillero y empecé a entrenar con él en los tentaderos. Un día me puse delante de una becerra y hasta hoy. He tenido que seguir luchando y las vueltas que da la vida, mi hermano se quitó, se aburrió y yo seguí. Y sigo muy contento. Lo que he conseguido lo he hecho por mis propios medios. Estoy muy orgulloso porque me ha costado muchísimo llegar a donde he llegado.

-¿Cómo se lo tomó su familia?

-Bien. Siempre me han apoyado porque es una profesión muy complicada, muy difícil, cuando uno empieza de cero. Ahora se alegran del apoyo que me han dado desde un principio.