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Los cócteles de Elenita, al cielo

DEZA

Los cócteles que Elena Piñeiro preparaba en el bar Puerta del Sol arrastraron a A Estrada a clientes de toda Galicia

01 dic 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Los combinados de Elenita fueron en A Estrada como el cocido de Casa Trabazo o el salmón de Nixon: una institución. A Estrada llora hoy la pérdida de la mujer que hizo del bar Puerta del Sol una referencia obligada para los sibaritas de toda Galicia y de su carta de cócteles un auténtico mito. Elena Piñeiro Gestoso falleció el jueves por la noche, a los 77 años. El funeral será hoy a las 16.00 horas. Deja en A Estrada una legión de devotos que ya hace años -desde que cerró el bar- echan de menos su buena mano con los cócteles.

Elena Piñeiro, Elenita de la Puerta del Sol , como la conocen todos en el pueblo, heredó la magia combinatoria de su padre. José Piñeiro fue un vecino de Moreira que emigró a Cuba y bebió en La Habana de los mejores maestros cocteleros. El mítico Perico Chicote, que después se ganó fama mundial agitando en Madrid su coctelera, fue compañero de barra de José Piñeiro. Quienes tuvieron la suerte de comparar brebajes, dicen que el estradense no tenía nada que envidiarle al madrileño.

A su regreso a A Estrada, José Piñeiro abrió el bar Puerta del Sol. Corrían los años veinte y el local no dejó de ganar fama hasta pasados los setenta. Muchos estradenses aún recuerdan aquel primer bar con una colección de vitolas de puros bajo los cristales de las mesas, un garrafón de cerezas en aguardiente y un licor de guindas que envasaba el propio Piñeiro. Tampoco olvidan el empeño de sus dueños en regentar un bar «decente». Alguno conserva un programa de fiestas del año 54. Un anuncio del bar reza: «Puerta del Sol. Café-bar-lunch. Cafetería americana. Buenos cócteles. Exquisitas tapas. El más moral y de mejor servicio». Los propietarios eran paladines de la decencia y las parejas de clientes sólo podían cogerse de la mano bajo la mesa.

Pero del Puerta del Sol, lo que nadie olvida son los cócteles. El secreto de José Piñeiro lo heredó Elenita. Los asiduos del bar la tienen grabada en la mente como una mujer muy guapa y muy coqueta que supo recoger el legado paterno.

La carta de brebajes atraía a clientes a cientos. Había un cóctel suave bautizado con el apellido De la Calle , en honor al médico Manuel, que a causa de su enfermedad no toleraba bien el alcohol. Era famoso también el Jaialai , el Media de seda , un cóctel juvenil con helado y canela, y el vistoso Arco Iris . El Esparadrapo era el más barato y popular y dicen que el daiquiri estaba a la par del del Floridita de La Habana.

Elenita y su padre han dejado en A Estrada un montón de paladares huérfanos.