La decepción se apoderó ayer de las caras de Diego Pallares y su mentor, Moncho García, al ver cómo el primero se quedaba a las puertas de la gran final nacional de 96 kilogramos de lucha libre olímpica. El bronce le supo a poco al cruceño tras partir como claro favorito a un título que ayer defendía en el pabellón compostelano de Santa Isabel. Pallares encontró en Santiago la horma de su zapato. Y llevaba gravada un apellido catalán: Kildares. Ambos luchadores se vieron las caras en semifinales, y las cosas no le fueron bien al gallego. El primer período acabó con empate a 1, pero como Kildares había hecho el último punto, se adjudicó el triunfo parcial. En el segundo período Diego se impuso con claridad, 4-1, pero en el último cayó 2-0, algo frío después de que los árbitros pararan el combate durante unos 4 minutos sin saber muy bien para qué. En la repesca el cruceño machacó al rival asturiano que le tocó, por 6-0 y touch. Moncho García manifestaba ayer al término del Campeonato de España Júnior que «foi unha pena. Está claro que hoxe -por ayer- non foi o día de Diego. Era o favorito. Xa loitara catro veces co catalán que o derrotou, e as catro gañara Pallares».