Galo, tenis y automovilismo

DEZA

AL TRASLUZ | O |

22 abr 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

EL GALO de curral de Vila de Cruces varió este año de escenario. Cambió la Puerta de Alcalá por la Sagrada Familia. Llegó a la Barcelona de Gaudí y Miró, de la Diagonal, del estadio de Montjuic en donde hace trece años compitieron los mejores deportistas del año. A la tierra donde tomarse un poquito de pan con tomate es indispensable, así como probar la butifarra. Allí, el producto cruceño tuvo su espacio el jueves cuando a escasos kilómetros se celebraba el torneo de tenis Conde de Godó o la ciudad se preparaba para el Salón Internacional del Automóvil. Concitó a emigrantes gallegos pero también a personalidades de distintos ámbitos sociales y a revistas especializadas en gastronomía. De los treinta kilos que preparó con sus manos Ana no quedó ni rastro. El galo abrió puertas en Cataluña para otros productos. Pero también sabe que para que el mercado sirva también para él, la asociación de criadores debe seguir trabajando duro. El reconocimiento al buen sabor y al producto de calidad ya lo tienen por parte de quienes lo prueban. Un sello distintivo y la comercialización a lo largo de todo el año son vitales para que el crecimiento de este producto no se detenga.