Pago de Valtarreña: el éxito de la gran apuesta por la tierra de la familia Rodero

José Manuel Orriols

SABE BIEN

Santiago_Santos

Se  elabora únicamente  con  la producción  de un pago  con viñas de  45 a 55 años de edad

29 may 2015 . Actualizado a las 05:20 h.

Carmelo Rodero se inició en el mundo del vino  a muy temprana edad porque sus bisabuelos ya eran bodegueros que lo  elaboraban en los tradicionales y viejos lagares. Con ellos aprendió  que la base de un gran vino pasa por unas buenas uvas y, convencido de la calidad de sus viñedos, lo vio claro así que, con su esposa Elena, apostó por el futuro, elaborando vinos de pagos propios. Desde aquella primera cosecha de 1991, estos caldos han sido reconocidos año tras año a nivel nacional e internacional. Hoy son sus hijas Beatriz y María las que continúan con la tradición familiar.

La empresa, situada en Pedrosa de Duero y que ha sido distinguida como mejor bodega del año 2015 en España, sigue elaborando sus vinos a partir de las 127 hectáreas de viñedo propio. La edad media de las viñas se sitúa en 30 años. Las más jóvenes de 10 y otras que sobrepasan los 70 años. Estas parcelas están situadas en un radio de 7 km alrededor de la bodega, en los pueblos de Pedrosa de Duero, Roa, Mambrilla de Castrejón, Valcabado de Roa, y Guzmán.

La variedad autóctona Tinta del País o Tempranillo,  con un 85%, ocupa la mayor parte,  repartiéndose el resto entre la Cabernet Sauvignon, con  un 10% y un 5% de Merlot. Los suelos arcillosos

calcáreos y de arenas frescas arcillosas,  se distribuyen en suaves laderas que poseen todos los atributos propios y singulares de la Denominación de Origen Ribera del Duero.

Las prácticas de cultivo persiguen la máxima concentración en cada grano, no superando en ningún caso los 3.500 kg/hectárea y seleccionándose a mano antes de su entrada al depósito.

La personalidad de los vinos de Carmelo Rodero nace de la combinación de dos factores básicos: las características únicas del terruño y la fuerza del productor.  

Pero, además, este bodeguero ha patentado y construido una sala de vinificación que le permite mimar las uvas, utilizando simplemente la gravedad, sin bombeos. De esta forma aúna los métodos tradicionales con la tecnología más moderna, lo que le permite obtener de la uva todo su potencial y genuinas características. La producción anual es de medio millón de botellas con vinos jóvenes, de 9 meses de  barrica, crianza, reserva, Pago de Valtarreña y Carmelo Rodero Tsm.

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Pago de Valtarreña

Se elabora con uvas de  los viñedos propios del pago familiar de Valtarreña, de 45 a 55 años de edad, que debido a sus peculiaridades genéticas y su especial microclima, produce una maduración excepcional. Cultivadas en vaso y espaldera,  son vendimiadas a mano en cajas de 12 kilos. La  primera fermentación  se realiza en depósitos de acero inoxidable y la  maloláctica en roble francés. Su crianza es de 24 meses en barricas de 225 litros.

Los expertos lo definen como  un tinto goloso y potente, al mismo tiempo que suave y aterciopelado. A la vista resulta muy atractivo, con un nítido y brillante  color cereza, prácticamente sin ribete, que permite vaticinar la larga vida que se augura. En fase olfativa se encuentran una intensa y agradable gama de aromas. En boca resulta muy carnoso, estructurado, fresco y dotado de un gran equilibrio. Notas de zarzamora y caramelos de café con leche.