El miedo a perder como pronóstico

Pablo Carballo
Pablo Carballo PATROCINIO-SANTANDER

CHAMPIONS

Andy Rain | EFE

05 abr 2022 . Actualizado a las 23:30 h.

La Champions puede curar las inercias. Lo hemos visto ya. La del Chelsea, en un problema existencial de hondo calado e impredecible solución. En depresión, muy lejos del pulso que City y Liverpool mantienen, separados por un solo punto, por quedarse la Premier. El Brentford sacudió Stamford Bridge el sábado con un sopapo de los que se guardan como estadística. También la inercia del Madrid. Ratificado como campeón de Liga en potencia en Balaídos, gracias al sostén de Courtois y al auxilio arbitral, en el Bernabéu todavía escuece el paseo triunfal del Barcelona. Ni Chelsea ni Real Madrid se cruzan en su mejor momento. Entregarle a cualquiera una vitola de favorito sería depreciar al otro.

El Madrid quiere revancha. Nunca le ha ganado al Chelsea en un partido oficial. Tampoco a Tuchel, con una hoja de servicios impoluta frente a los blancos, también en el Dortmund y el PSG. El alemán recuperará su fórmula con tres centrales, y los españoles Azpilicueta y Marcos Alonso como carrileros, después de salir vapuleado con su experimento del 4-3-3. A Jorginho lo ha sentado Kovacic. Mount y Reece James apuntan como variantes, si la cosa se pone gris. Lukaku, 115 millones después, esperará en la banqueta.

Ancelotti, con una propuesta y un pelotón más que definido, baraja solo el cromo que pegar en la derecha del ataque. Ni Asensio ni Rodrygo acaban de darle motivos para la continuidad. Los dos explosivos, ambos intermitentes. Han entrado y salido del once sin que nadie los extrañara demasiado. Instalados en una irregularidad que hace crecer las opciones de Fede Valverde, al que Carletto sigue viendo con más prestaciones por dentro y el Bernabéu ya reclama por fuera. La consistencia defensiva, que no es precisamente la mejor virtud de Rodrygo ni de Asensio puede ser el mejor aval del uruguayo esta noche.

Y es que lo previsible —ya saben cómo se las gasta el fútbol a veces con los pronósticos— es que el partido a tumba abierta que podría imaginarse con dos equipos aficionados al lanzamiento de cuchillos pueda convertirse en una de esas batallitas de bajo riesgo en la que se diagnostique miedo por duplicado. El contexto es el que es. El campeón frente al campeón de campeones.