Y ahora que se lo digan a la cara a Zidane

Iván Antelo PATROCINIO-SANTANDER

CHAMPIONS

Kiko Huesca

06 abr 2021 . Actualizado a las 23:21 h.

El lunes se cumplieron dos meses desde que Zidane dijo basta. Aquel 5 de febrero, el francés escondió su vacilona sonrisa de las ruedas de prensa y lanzó un dardo que lo digirió quien lo quiso entender. «Hay que decirlo a la cara. Que me digan que hay que cambiar de entrenador, pero no por detrás». Aunque aquella frase se disfrazó como un enfado con los periodistas, en realidad el mensaje era más profundo. El francés se hartó de que cada vez que venían malos resultados, el sector más relacionado con Florentino Pérez y las altas esferas del club le ponía en la picota. «Zidane se la juega en...», Y eso que el entrenador considera al presidente como una persona muy especial para él. Casi como un padre. De ahí que no entendiera la puñalada amiga. «Espero un poco de respeto y si no llegamos a los objetivos seré el primero que se va a criticar porque tengo responsabilidad», incidía. En aquella comparecencia también lanzó un mensaje que el lunes rescató. «Respeto» a una plantilla que lo ha ganado todo y que se sentía menospreciada.

Pasaron sesenta días y aquel entrenador que no valía ha conseguido meter al Real Madrid en la lucha por la Liga (a solo tres puntos) y situarlo como único representante español en los cuartos de final de la Champions. Y no solo eso. Además se dio el capricho de dominar con claridad a todo un Liverpool en el partido de ida, a pesar de quedarse sin sus dos centrales titulares y de contar con una plantilla envejecida, repleta de cosas mejorables. Y quizás ese haya sido el problema de Zizou. Haber puesto en evidencia las carencias en la confección de la plantilla y de su planificación futura (las no renovaciones de jugadores clave que terminan entre este año y el próximo). Baile al Liverpool con Lucas Vázquez, Nacho y Militao de defensas. ¡Y Vinicius de estrella! Mucho mérito. Ya nadie recuerda cuando pedían su cabeza. Con todo lo que le ha dado al Madrid. Que se lo digan a la cara, ahora que tiene un pie en las semifinales de la Champions y la afición ya sueña con la decimocuarta. Memoria.