El gol enterró a un Mónaco que no reaccionó en la segunda mitad. Fue extraño, pero los pupilos de Leonardo Jardim sólo sacaron la cabeza del hoyo en el tiempo de descuento. Ahí llegaron las mejores oportunidades con disparos de Mboula y algún acción de Falcao. El colombiano reclamó penalti mucho antes, pero el árbitro -que se llevó el silbato a la boca- decidió no señarlo.
El último gran susto lo firmó Glik con un cabezazo en el minuto 91, pero el marcador no cambió. El Atlético salió del Principado con una buena victoria, recordando cómo fue la fase de grupos del año pasado, y consciente de que este año, con el Metropolitano como aliciente, no se puede ni se debe fallar antes de tiempo.