
Pablo es un chico alegre, humilde y cercano. Tengo la gran suerte de haber coincidido con él en muchísimas etapas de su vida y tengo un aprecio enorme por como es como persona y como jugador.
Lo conocí cuando llegó a la selección gallega de minibasket. Si la memoria no me falla llevaba solo un año y medio jugando al baloncesto. Tenía mucho talento para llevar tan poco tiempo, y esto unido a su altura y coordinación le permitía destacar a nivel gallego y a nivel nacional.
A pesar de ser de los más altos en Galicia, siempre ha tenido muy buen manejo del balón y un gran talento a la hora de asistir. Siempre ha sido un jugador que no se esconde y quiere el balón. En la selección gallega tanto en infantiles como en cadete ha alternado la posición de base y escolta.
Es un jugador muy competitivo que se crece en escenarios grandes; le podrá salir mejor o peor, pero nunca se esconde. Siempre ha sido un jugador diferencial, incluso cuando fue con los infantiles siendo jugador de primer año, o este mismo año cuando fue con el cadete siendo jugador de primer año.
Es un jugador muy completo, tiene capacidad para anotar creando sus propios tiros, buena mano, absorbiendo contacto y sacando faltas. Puede asistir, gracias a su gran visión de juego y a la capacidad que tiene para atraer defensores rivales. Es capaz de rebotear y en defensa ha mejorado muchísimo, muy atento en líneas de pase y muy sólido en el 1 contra 1. En definitiva es capaz de aportar en todas las facetas del juego y en ambos lados de la cancha.
Cuando está cien por cien centrado en jugar es una maravilla, lo disfrutamos todos los aficionados al baloncesto. Algo que cada vez está gestionando mejor es el tema de las distracciones y la concentración durante los partidos. En el Campeonato de España los rivales intentan sacarte del partido, recibes múltiples contactos y es normal que te puedas distraer con facilidad. Para jugadores tan jóvenes no es nada fácil gestionar ese tipo de situaciones y lo está haciendo cada vez mejor. Al final es muy listo y sabe que es una parte más del juego que es importante controlar y, conociéndolo, acabará siendo un crack en esto también.
Me gustaría destacar que es un chico muy implicado que se cuida muchísimo, y no es casualidad que esté siempre sano. Al final es un jugador que durante la temporada dobla entrenos y partidos, que va con la selección gallega, que va a concentraciones de la española y que tiene una carga física enorme para chicos de estas edades. Ojalá siga siendo así durante toda su carrera deportiva.
En su situación, muchos prefieren competir con la Comunidad Autónoma en la que están becado. Primero por un tema de cercanía; si está viviendo en Madrid, venir a Galicia es un desplazamiento y un esfuerzo extra que nosotros valoramos y agradecemos. Por otro lado, Madrid tiene muchísimos más recursos a nivel infraestructura y por volumen de jugadores. Él viene con Galicia, no renuncia a sus raíces, y eso dice mucho de él y de su familia. Sigue apostando por sus amigos, por venir a echarnos una mano, y eso lo agradecemos muchísimo.
Para Galicia es un orgullo que un ferrolano esté haciéndolo tan bien en el Real Madrid, le deseamos lo mejor, ojalá pueda llegar a lo más alto. En mi humilde opinión, si lo hace, estoy seguro de que será como base. Le toca seguir trabajando y aprovechar las oportunidades que tenga; tiene quince años, este es un viaje largo y le falta mucho recorrido por hacer.
Rubén Vigo es coordinador de canasta pequeña en el Porriño Baloncesto Base y entrenó a Mera en la selección gallega.