Muere a los 58 años Dikembe Mutombo, leyenda de la NBA e icono humanitario
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El pívot africano, que pasó 18 años en la mejor competición de baloncesto del planeta, ha fallecido a causa de un cáncer cerebral
30 sep 2024 . Actualizado a las 19:13 h.Dikembe Mutombo, legendario pívot africano que despuntó durante 18 temporadas en la NBA, ha fallecido a los 58 años. El congoleño, famoso por su fortaleza debajo de los tableros y la ferocidad defensiva que desplegaba en las canchas, no ha podido superar el cáncer cerebral con el que llevaba luchando desde el 2022.
Embajador mundial de la NBA y miembro del Salón de la Fama, Mutombo estaba considerado como uno de los mejores taponadores de la historia y fue distinguido en cuatro ocasiones como Mejor Defensor de la NBA, un listón que solo han sido capaces de alcanzar otros dos jugadores: Ben Wallace y Rudy Gobert. Sus 2,18 metros de altura y sus 120 kilogramos de peso, además de una descomunal intensidad competitiva, le convirtieron en un muro casi infranqueable y le permitieron labrarse una admirable carrera en la mejor competición de baloncesto del planeta. Además, su compromiso con los más débiles le erigió en icono humanitario.
Formado en la Universidad de Georgetown, donde ingresó gracias a una beca proporcionada por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), Mutombo fue escogido en el puesto 4 del draft de 1991 por los Denver Nuggets después de ganarse una merecida fama de bestia defensiva con los Hoyas de Georgetown. Su adaptación a la liga fue sobresaliente. Durante su campaña como rookie promedió 16,6 puntos, 12,3 rebotes y 3 tapones por partido, unos registros que le sirvieron para formar parte del Segundo Mejor Quinteto de Rookies y el catapultaron hasta el All-Star disputado durante aquella temporada en Orlando.
En su tercera temporada en la franquicia de Colorado resultaría fundamental para que los Nuggets alcanzasen las semifinales de la Conferencia Oeste, donde pusieron contra las cuerdas a los Utah Jazz de Karl Malone y John Stockton. Mutombo acabó aquel curso como el máximo taponador de la NBA y un año después sumaba a esa hazaña la condición de mejor reboteador de la competición con 12,5 rebotes por encuentro, siendo escogido por primera vez como mejor defensor del torneo, un trofeo del que también se haría acreedor en los cursos 1996-97, 1997-98 y 2000-01. El poderío físico de Mutombo sembraba el pavor en los pívots rivales, confrontados ante una mole que festejaba cada tapón como si fuese un título diciendo «no» con el dedo índice y proclamando la frase «Not in my house» (no en mi casa) que haría célebre.
Premio Laureus a su compromiso social
Una vez finalizado su contrato con los Nuggets, el pívot congoleño firmaba en julio de 1996 como agente libre con los Atlanta Hawks, donde permaneció cuatro temporadas y fue All-Star en todas ellas. Su dominio bajo los aros permitió que la franquicia de Georgia alcanzase tres veces los playoffs en aquellos años, cuyo tope fueron las semifinales de la Conferencia Este de la campaña 1996-97, en las que cayeron ante los Chicago Bulls de Michael Jordan.
Philadelphia 76ers (2001-2002), New Jersey Nets (2002-2003), New York Knicks (2003-2004) y Houston Rockets (2004-2009) fueron las otras franquicias que se beneficiaron de la capacidad de lucha de Mutombo, cuya carrera en la NBA terminaría en abril de 2009 a consecuencia de la grave lesión de rodilla que sufrió cuando militaba en los Rockets tras un choque con Greg Oden en un encuentro celebrado ante los Portland Trail Blazers. Atrás quedaban 1.196 partidos disputados en la NBA, 12.359 rebotes capturados o 3.289 tapones puestos, entre otras estadísticas para la historia.
Graduado en lingüística y diplomacia, Mutombo, que hablaba nueve idiomas y había soñado en su día con convertirse en médico, vivía volcado para entonces en la intensa labor humanitaria que venía desarrollando desde tiempo atrás, especialmente a través de la fundación que creó en 1997 con su nombre para erradicar enfermedades infantiles que se ceban especialmente con los niños del Congo. También formaba parte de la organización de Baloncesto sin Fronteras y actuaba como embajador de la NBA en África. En 2009, recibía el Premio Laureus Sport for Good como reconocimiento a ese compromiso humanitario.
«En la pista fue uno de los mejores taponadores y defensores en la historia de la NBA. Fuera de la cancha, puso su corazón y su alma intentando ayudar a los demás», le despedía este lunes Adam Silver, comisionado de la NBA, tras hacerse eco del fallecimiento de quien es el vigésimo máximo reboteador en la historia de la competición y el segundo máximo taponador de todos los tiempos, solo por detrás de Hakeem Olajuwon.