Roglic se viste de rojo otra vez en La Vuelta a España

Jon Rivas COLPISA

DEPORTES

Javier Lizón | EFE

El tres veces ganador se lleva la etapa sobre la línea por el error infantil de Van Eelvelt con Landa entre los mejores

20 ago 2024 . Actualizado a las 20:32 h.

El landismo se extiende por Extremadura, desde Plasencia, donde se cuece la Vuelta en su propio jugo, aunque no gane Mikel Landa. «A ver si bajan las temperaturas», implora. Al equipo que lleva un tiranosaurio en su maillot, símbolo de épocas prehistóricas, se le estropea el autocar futurista y ultramoderno, y los corredores tienen que desperdigarse por las calles de la localidad, antes de la salida.

Pero son humanos, y tienen sus necesidades, así que Mikel hace proselitismo en un adosado, sus moradores le dejan utilizar el baño y mudarse de ropa, a cambio del bidón para la niña, un truque justo para todos. No son futbolistas encerrados en su burbuja, sino deportistas de carne y hueso, que se montan en la bicicleta para someterse a los rigores de un calor extremo antes de ascender por una rampa, agotados después de casi 170 kilómetros en los que se consume agua en cantidades industriales.

En esas circunstancias, la mente se nubla, y a veces se cometen errores fatales. Van Eetvelt dará vueltas y más vueltas en la cama, pensando en lo que hizo en la cima del Pico Villuercas, cuando después de resistir a los mejores en las rampas de cemento que destrozan las piernas, aceleró en los últimos metros para neutralizar con facilidad al landismo. Tras tomar por dentro la última curva, hizo el amago de levantar un brazo para celebrar la que, creía, iba a ser su primera victoria en una gran vuelta.

Pero esa deceleración al soltar la mano del manillar fue suficiente como para que se le colara Roglic. El esloveno, que había llevado el ritmo en la ascensión, hizo saltar la banca. Venció en la etapa y se colocó como líder con ocho segundos de diferencia sobre João Almeida en la general.

El Bora tenía su plan, y lo ejecutó de maravilla. Reguló el ritmo del pelotón. Siempre en cabeza, siempre atentos, los compañeros de Roglic permitieron la fuga inicial a sabiendas de que caería por su propio peso. En los nervios de los kilómetros finales, todos los equipos con candidatos quisieron llegar a la cabeza, pero los porcentajes sirvieron de filtro, y después de que Gall cogiera unos metros y Roglic respondiera por detrás, el pelotón se hizo trizas, se rompió en pedazos.

Al esloveno solo le aguantaron Enric Mas y Van Eetvelt, el más rápido de los tres. Unos metros por detrás circulaban Riccitello y Almeida. El portugués, marcando su ritmo. Como Landa, más atrás. Luego, casi nadie. Acabaron por unirse todos, y también llegó Gall, después de su esfuerzo de los primeros metros.

Landa, al final, atacó, tal vez para defenderse y no perder tiempo. Respondió Van Eetvelt, levantó el brazo a destiempo, y ganó Roglic, que consiguió, además, ahogar y desnudar a algunos de los que parecía que iban a ser sus rivales. Queda mucha Vuelta. Este miércoles tiene lugar la quinta etapa (14.45, Teledeporte), la más llana de esta edición de la carrera entre Fuente del Maestre y Sevilla.