Loor al waterpolo femenino y a Paula Leitón

DEPORTES

Lavandeira Jr. | EFE

18 ago 2024 . Actualizado a las 19:04 h.

El año 2012 marcó un punto de inflexión en el waterpolo femenino español, empezó una travesía excepcional, un ciclo extraordinario, el de un combinado nacional que ha sabido retroalimentarse por el camino para mantenerse en primera línea, entre las mejores o muy cerca, hasta conquistar el ansiado oro olímpico en París con todo merecimiento. Antes habían logrado la plata en Londres y Tokio, un título mundial y dos subcampeonatos, tres oros continentales y una plata. Otra conquista, que no es menor, apunta al número de licencias. Cuando zarparon apenas había quinientas, un umbral que todavía añade más brillo a tanto metal. Esa cantidad se ha multiplicado por seis.

El grupo entrenado por Miki Oca se ha ganado el corazón de la afición con tan impresionante palmarés, pero también por la manera de ir sumando éxitos, con naturalidad, sin pasar facturas, disfrutando del éxito y haciendo disfrutar.

Y, aunque sea individual, aún quedaba un episodio por sumar a la larga lista de reconocimientos, el protagonizado por una de las jugadoras, Paula Leitón, en respuesta a quienes la criticaban por su aspecto físico: «Creo que la gente que pone esos comentarios cree que va a hacer daño. Sé cómo es mi cuerpo, lo quiero muchísimo, lo trabajo para lo que es mi vida, que es este deporte. Me dan absolutamente igual, acabo de ganar un oro olímpico, que es el sueño que tengo desde que era una enana. Mido 1,90, el waterpolo, en general, es un deporte muy duro. Cero preocupada y, si tienen que seguir con estos comentarios, que piensen un poco en las personas a las que puede hacerles daño. A mí no me afecta, pero a alguna niña le podrían afectar». Esa reacción es mucho más que un oro. La clave probablemente la dio Nico Williams, en un contexto paralelo: «Creo que es cuestión de educación, nadie nace siendo racista».