Teresa Portela y Carolina García, sextas en la final de K4 500 de los Juegos Olímpicos de París

Paulo Alonso Lois
Paulo Alonso PARÍS / E. LA VOZ

DEPORTES

AFP7 vía Europa Press | EUROPAPRESS

Las dos palistas gallegas, el mito de los siete Juegos a sus 42 años y el presente y futuro del piragüismo femenino gallego, logran el diploma olímpico en la prueba reina del piragüismo

08 ago 2024 . Actualizado a las 13:49 h.

Si el deporte tiene límites, Teresa Portela (Aldán, 1992) no los conoce todavía. A sus 42 años, en sus séptimos Juegos Olímpicos, con una hija en la que se vuelca, y tres carreras universitarias, la piragüista gallega consiguió este jueves en París el sexto puesto en su séptima final olímpica. No subió al podio, el premio gordo, pero reafirma su condición de leyenda con el diploma olímpico, en un viaje que recordado durante décadas. A su lado, impulsando con brazos de acero el K4 500 español en la pista de Vaires-sur-Marne, Carolina García Otero (Pontevedra, 1999), la representación más pura del sacrificio, el esfuerzo y el talento dentro de una piragua, la gran baza del kayak gallego para los próximos ciclos: Los Ángeles 2028 y Brisbane 2032 le esperan.

El diploma premia a un barco, además, con ADN gallego, pensado, trabajado y dirigido por el entrenador cabanés Daniel Brage. Pilota el proyecto descartando cualquier mínima exposición pública, desde Verducido, donde trabaja cada día en la sombra el barco que completan la asturiana con licencia gallega Sara Ouzande y la extremeña Estefanía Fernández. Queda pendiente un reto, el del primer podio nacional en K4 500, la prueba reina, la que da la medida del nivel de todo un país, en la que aún se le resiste a España en categoría femenina.

Apretó los dientes el K4 500 español hasta escapársele el podio al que se subieron Nueva Zelanda, Alemania y Hungría. Después de un minuto y medio titánico este jueves en la pista de Vaires-sur-Marne. Pura fuerza, coordinación y talento sobre la lámina de agua.

Y desde ahora, cuando colecciona una medalla y siete diplomas de siete finales olímpicas, se abre una pregunta: ¿seguirá en la brecha Teresa Portela con la mirada puesta en Los Ángeles 2028, adonde llegaría con 46 años? Que nadie descarte la continuidad de la piragüista de los milagros, la gigante que se puso este jueves en marcha con un café, un yogur y unos huevos revueltos antes de iniciar sus rutinas, metódica, tranquila, discreta y humilde. Mientras, por edad, talento y rendimiento, Carolina García será pieza fundamental de todos los proyectos futuros del equipo español de kayak. Después de haber demostrado su fiabilidad y compromiso durante los últimos años.

Portela, que ya fue plata en Tokio en K1 200, coronando una travesía legendaria que había comenzado en los Juegos de Sídney 2000 con apenas 18 años, se pasó en el 2021 a los barcos de equipo. Y se fue formando una embarcación fabulosa, por los automatismos conseguidos en el agua por Daniel Brage y por la química entre las palistas fuera del agua para completar un ciclo olímpico muy exigente.

Y fueron quemando etapas. Se clasificaron en los selectivos españoles para las pruebas internacionales, clasificaron al K4 500 español para los Juegos, se colgaron el bronce en el Campeonato del Mundo del 2023...

Un camino impecable, hasta medirse en los Juegos de París 2024, a algunos de los mitos de este deporte: la Nueva Zelanda de Lisa Carrington, triple oro olímpico en K1 200 en tres Juegos diferentes, y triple campeona en Tokio 2020, el barco que luce el actual título del Mundial; la Alemania que deslumbró en la última Copa del Mundo de Szeged; la Polonia que se colgó la plata en el último Mundial de Duisburgo en el 2023; y la Hungría que ganó la plata; y China, siempre peligrosa y tercera en discordia en la última Copa del Mundo. Ante esa competencia dio todo lo que tenía el K4 500 metros español. Y cuando se da todo, ya se ha ganado.