María Pérez y Álvaro Martín, campeones olímpicos del relevo mixto de marcha en París 2024

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TOLGA AKMEN | EFE

La pareja española se impuso a Glenda Morejón y Daniel Pintado para llevarse una medalla de oro

07 ago 2024 . Actualizado a las 11:17 h.

Álvaro Martín y María Pérez son la pareja de oro del atletismo español. En los Juegos Olímpicos de París, al igual que hicieron el pasado año en Budapest, han vuelto a demostrar el nivel de la marcha española, pulida con esmero y dedicación por José Antonio Carrillo y Jacinto Garzón.

Ambos se han convertido este miércoles campeones olímpicos del relevo mixto de marcha, al imponerse por delante de los ecuatorianos Glenda Morejón y Daniel Pintado, y de los australianos Jemima Montag y Rhydian Cowley.

Es la segunda medalla en estos Juegos para ambos marchadores. María Pérez fue plata en los 20 kilómetros y Álvaro Martín bronce en la misma prueba, mientras que Pintado añadió esta plata al oro del pasado día 1. 

Llerena, en Badajoz, y Orce, en Granada, son dos pueblos separados por unos 400 kilómetros y unidos por una misma pasión, la de sus paisanos Álvaro Martín y María Pérez, dos atletas que están paseando el nombre de sus localidades y de España entera por todo el mundo.

Álvaro y María. María y Álvaro. Una pareja que ha devuelto el esplendor a la marcha española conquistando en apenas un año los mayores títulos deportivos que uno puede lograr.

En agosto del 2023, en el Mundial de Budapest, ambos ganaron el oro en los 20 y 35 km, y un año después, en los Juegos Olímpicos de París, con la Torre Eiffel casi a sus pies, en Trocadero, lograron otro metal dorado en el nuevo maratón mixto por relevos, una prueba inédita. Eso una semana después de recoger una plata en los 20 km, en el caso de la granadina, y un bronce en el del extremeño.

Sus nombres son sinónimo de éxito pero también de esfuerzo, humildad, trabajo y dedicación. Cuatro cualidades innegociables para Jacinto Garzón y José Antonio Carrillo, los respectivos entrenadores de María y Álvaro y artífices, en gran parte, de estos resultados.

Entrenadores 24/7

Garzón, de Granada, nacido en 1982, es analítico y entusiasta de su tarea como entrenador. Pertenece a una generación completamente distinta a la de José Antonio Carrillo, que, un año antes, montó el Club Athleo en la localidad murciana de Cieza, inspirado por la ilusión que le despertó ver la película Carros de fuego. Ahora, a sus 67 años, ha cumplido sueños y su sonrisa la pasea cada vez más orgulloso por todos los grandes campeonatos del mundo, siempre con su sombrero de paja sobre la cabeza.

Los dos son entrenadores 24/7. Veinticuatro horas y siete días a la semana. Igual que María y Álvaro, cuya rutina de entrenamientos y cuidados es espartana. Han renunciado a mucho durante estos últimos años, a veces incluso asumiendo un alto coste personal. Por eso, los éxitos saben mejor.

La complicidad que tienen y que transmiten fuera del asfalto es también una de las claves del éxito. Ambos han tenido que superar momentos malos, lesiones y sinsabores de esos que dejan huella, como cuando hace tres años, en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, se quedaron a un paso de las medallas con un cuarto puesto que les impidió disfrutar de la gloria de la que ahora disfrutan.

El maratón mixto de relevos en los Juegos de París ha sido el último capítulo escrito por esta pareja de marchadores de oro. Siempre en los puestos delanteros de carrera, con una transición perfecta en las postas y una confianza ciega en sus posibilidades, María Pérez tuvo el honor de disfrutar de los últimos metros para saborear el triunfo antes de parar el crono en 2h50:31, un registro que nunca olvidarán.

La campeona que cambió de técnica y que escondió el dolor

María Pérez llega a la línea de meta como primera y consigue el oro olímpico en relevos mixto
María Pérez llega a la línea de meta como primera y consigue el oro olímpico en relevos mixto TOLGA AKMEN | EFE

María Pérez García (Orce, Granada, 1996) ganó una medalla de oro el pasado verano en el Mundial de Budapest con el sacro roto. Un dolor que escondió después de imponerse en los 20 kilómetros para que su entrenador le dejase tomar parte en los 35, que también ganó. Cuando volvió, dejó en una molestia una rotura en toda regla, hasta que el dolor le obligó a parar y a realizar las pertinentes pruebas, que sacaron a la luz un destrozo más que considerable.

Este año, después de participar en la cita coruñesa de marcha, su primera prueba dos meses después de volver a entrenar, le atacó un virus respiratorio que también la obligó a parar. Pero en ninguno de los casos pensó en abandonar, sino que porfiar por estar en París.

La lucha con las lesiones no fue la única de una resiliente confesa. Durante mucho, María Pérez tuvo problemas con la técnica y las descalificaciones le negaban la gloria que tenía en las piernas. De la mano de Jacinto Garzón, su entrenador, superó el problema, y los éxitos no tardaron en llegar: campeona de Europa en Berlín, doble oro mundial en Budapest y, ahora, plata olímpica y oro en relevos mixto en el año más difícil de su vida, como ella misma confesó el día antes de llorar de alegría en París.

A nivel personal, la granadina se ha convertido en una de las referentes del movimiento LGTBI+.

El activista social que empezó en la marcha por una lesión

Álvaro Martín en un momento de la carrera donde se ha proclamado campeón olímpico de la marcha por relevos mixto
Álvaro Martín en un momento de la carrera donde se ha proclamado campeón olímpico de la marcha por relevos mixto AFP7 vía Europa Press | EUROPAPRESS

Álvaro Martín Uriol (Llerena, Badajoz, 1994) representa el trabajo en el asfalto y el activismo social en la vida. Licenciado en Ciencias Políticas y en Derecho, abandera todo tipo de reivindicaciones y lo hace prestando su imagen. También ha destacado por su lucha contra el dopaje en el deporte (cuando fue descubierto Paquillo Fernández, se le cayó un referente) y en la actualidad es de los marchadores más activos por mantener la marcha en el programa olímpico, algo que no está confirmado para la cita americana del 2028.

Aunque curiosamente, la marcha no fue su primera disciplina. El extremeño se inició en el cros, pero a los 13 años una lesión de rodilla ocasionada por su rápido crecimiento le cambió la vida. No podía correr y decidió probar en la marcha, donde enseguida comenzó a destacar, lo que provocó que se marchase a la residencia Blume con 16 años.

A los 18 vivió su primera experiencia olímpica, fue en Londres 2012, en donde pagó la novatada. Deslumbrado por los aros quiso dejarse ver, no midió sus fuerzas y acabó desfondado. Aquella lección se la llevó a Tokio en el 2021, cuando se quedó a las puertas del bronce al finalizar en la cuarta posición. No le volvió a pasar: en el Mundial de Budapest subió dos veces a lo más alto del podio y en París se colgó su primera medalla olímpica y ahora suma la segunda, esta de oro, junto a su gran amiga María Pérez.