
España está en la final después de eliminar a Francia en un partidazo, en el que supo gestionar muy bien los distintos momentos que se fueron sucediendo. Y eso a pesar de que se le puso muy cuesta arriba con el gol de Kolo Muani.
Lo cierto es que la puesta en escena se ajustó al guion que todos esperábamos de principio, con el conjunto galo situado en su campo, sin salir, esperando el error, muy fuerte defensivamente. Con esa dinámica llegó hasta las semifinales, con solo un gol a favor y dos en propia meta, porque es un conjunto muy difícil de batir.
España tuvo la suerte de empatar bastante rápido, lo que le permitió no desordenarse y seguir dentro del partido muy bien estructurada. Y el 2-1 le hizo muchísimo daño a Francia, que por primera vez en el campeonato se vio por detrás en el marcador. Es un equipo que se parte mucho y cuando tiene que ser agresivo sin balón, le cuesta, porque los tres de arriba participan muy poco en el juego defensivo.
En el combinado nacional hay que resaltar el partido enorme de la tripleta de centrocampistas que conforman Dani Olmo, Rodri y Fabián. Estuvieron a un nivel fantástico. Y, por supuesto, Lamine Yamal, que sigue dando pasos de gigante.
Al final fue una victoria sufrida, como cabe esperar en una semifinal de una Eurocopa. España no ha dejado de crecer y de creer desde el primer día y así es como ha conseguido la clasificación para la final, comportándose siempre como un gran equipo. Nadie le ha regalado nada y ahora falta el último esfuerzo para intentar coronar.