Empezó el partido Portugal recordando al equipo que en la segunda jornada de la fase de grupos arrolló a Turquía, en la que, tras vencer casi sobre la bocina a la República Checa, parecía confirmar a los lusos como una de las selecciones a tener en cuenta para llevarse el título en Alemania. Fueron 15 minutos al ritmo de Vitinha, con los futbolistas de Roberto Martínez mordiendo, con una presión alta que le permitió recuperar balones y forzar imprecisiones en los eslovenos.
Leão por la banda izquierda daba sensación de peligro, aunque fuese un poco a trompicones; Bernardo Silva ponía el balón en el área cada vez que tenía la ocasión y Cristiano Ronaldo buscaba el remate. El delantero portugués sigue saltando mucho, pero siempre se quedó a centímetros de conectar el cabezazo que le permitiese ampliar su renta goleadora en las Eurocopas.
Pero los minutos fueron pasando y Eslovenia se fue asentando en el campo. Los lusos ya no amenazaban tanto a Oblak y los Sesko, Sporar y compañía se dejaban ver a la contra. Y en esas, la defensa portuguesa, en algunos momentos, hizo algo de aguas. Pepe sigue yendo al corte y es contundente, pero también dejó claro que, a la carrera, la velocidad ya no es la que era.
Mediada la segunda parte, Martínez se encomendó a Conceiçao, un joven de 21 años que fue el héroe en la primera jornada de esta Eurocopa consiguiendo el gol de triunfo ante los checos en el descuento. Ni con esas lograron los portugueses abrir la lata en el tiempo reglamentario. Ante una Eslovenia bien plantada en el campo, no fueron capaces de encontrar un camino claro hacia la portería de Oblak.
En la prórroga, hasta Ronaldo falló un penalti, algo casi inaudito. La eliminatoria se decidió desde los 11 metros, con Cristiano recordando la parada que le hizo Oblak. Al final, pudo resarcirse el máximo goleador histórico del torneo y Portugal está en cuartos gracias a Diogo Costa..