Roberto Naveira, olímpico en Atlanta, entrenó durante cinco meses a la deportista istmeña, que ejercerá de suplente en los Juegos de París
07 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.En enero de este mismo año, Roberto Naveira (A Coruña, 1970), olímpico en Atlanta 1996, director técnico de la Federación Galega de Judo y entrenador, recibió una llamada del Comité Olímpico Panameño. Querían, dado que ya había tenido contacto en el pasado con deportistas centroamericanos, que preparase y diese apoyo para los Juegos Olímpicos a dos yudocas del país. El coruñés accedió.
Así se gestó la llegada a Galicia de Lilian Cordones (Panamá, 1995), una menuda (compite en la categoría de menos de 52 kilos) atleta panameña con un tercer puesto en los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile 2023 como mayor credencial. Naveira señala de forma positiva la evolución que ha experimentado en su estadía en A Coruña: «Ha avanzado mucho durante estos cinco meses, y ella misma lo ha notado. Se ha encontrado y ha vencido a rivales con las que había luchado hace un año o dos, y ella se daba cuenta dentro del combate que podía hacer muchas más cosas, realizar más técnicas, lanzarlas de ippon... Cosas que antes ella no sentía».
«Ha crecido mucho desde que llegó aquí en febrero. El último día, después del campeonato mundial, en el que ya sabíamos que no nos habíamos clasificado, le pregunté qué tal había sido esta temporada en A Coruña. Ella dice que venía con tres objetivos: ganar una medalla de oro, clasificarse para el Mundial e ir a los Juegos Olímpicos», indica el entrenador coruñés.
Bajo la tutela del técnico coruñés, Cordones disputó, entre otros, el gran premio de Austria en Linz, los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro y los Abiertos de Angola y Chile, estos dos últimos solventados con un oro para la panameña.
Por otro lado, Lilian también se clasificó para el Campeonato del Mundo de Abu Dabi (al que acceden solo los 100 primeros del ránking) después de una fulgurante subida. De su lista de deseos solo quedó pendiente la clasificación para la cita olímpica, a la que acudirá en calidad de suplente. Aun con dudas sobre si él asistirá, puesto que su contrato con el Comité Olímpico Panameño finalizó el 30 de junio, confirma que Cordones estará concentrada desde el 14 de julio para, una semana después, marcharse a la villa olímpica.
«Nos quedamos, como quien dice, en la orilla, a muy poquito de lograr que se clasificase para París. Es una pena, pero ella está muy contenta y ha mejorado mucho su nivel deportivo», apostilla un Naveira que lamenta que la celebración no haya podido ser completa.
El Liceo, su hogar estos meses
El bienestar de la panameña en Galicia ha trascendido de lo deportivo, pues según indica Roberto Naveira, «ella está muy contenta aquí, también en lo social». Desde que llegó en febrero, Cordones vivió en el Liceo La Paz, del que el técnico coruñés resalta el gran trato: «Está bastante céntrica, en el barrio de Matogrande. Además, tiene pensión completa, lavandería... Todo lo que necesita». Más allá de los entrenamientos en el Judo Club Cambre, Cordones se ejercita por las mañanas en un gimnasio cercano.
Naveira mira a Los Ángeles
El coruñés, encantado con el rendimiento de Cordones, ya ha mantenido conversaciones con el Comité Olímpico Panameño de cara a la clasificación para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028: «La presidenta del comité me comentaba que su intención era poder afrontar la clasificación de otro modo, no tan deprisa como ahora. En cinco meses no se pueden hacer maravillas, pero sí si hay un proyecto serio detrás, tanto en lo económico como en lo humano y lo deportivo. Si viene aquí una temporada larga, compaginando los estudios con el entrenamiento, yo creo que tiene muy buenas opciones de clasificarse».
A su retorno a Panamá, el Judo Club Cambre publicó una carta a modo de despedida, convencidos de que la atleta centroamericana volverá. «Ella ha pasado por nuestro club y por Galicia dejando un recuerdo imborrable, no solo deportivamente. No solo por su coraje y su constancia diaria, sino por su manera de ser, su sonrisa indeleble y su gran corazón. Que no te invada la melancolía; llevas en la mochila nuevas medallas, emociones, pensamientos y amigos para siempre, que forjan un deporte como el yudo», indica el comunicado.
Lilian Cordones: «Estoy segura de que puedo ir a Los Ángeles 2028»
Tras cinco meses de entrenamiento en A Coruña, Lilian Cordones atendió a La Voz pocos días antes de volver a su país natal, Panamá. Está convencida que, de la mano de Roberto Naveira, tiene grandes opciones de clasificarse a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles.
—¿Cómo valora su estancia en A Coruña? ¿Le ha tratado bien la ciudad?
—Al inicio, fue un poco extraño. Todo era muy distinto a mi ciudad en Panamá, pero poco a poco me he ido acostumbrando. Toda la gente me ha acogido superbien, tanto en donde he vivido como en el día a día. He hecho muchos amigos y he aprendido de ellos; todo esto ya es parte de mi vida para siempre. A Coruña me ha encantado como ciudad en general, pero también porque es una ciudad con un ambiente muy cercano al yudo. Ir a los colegios y ver a niños entrenando en este deporte me da mucha alegría, ya que es algo que en América Latina es muy difícil de ver.
—¿De qué modo valora estos cinco meses de la mano de un olímpico como Roberto Naveira?
—Ha sido un orgullo poder aprender tantísimo de él. Desde que empezó esto me ha estado apoyando mucho, acompañándome a todas partes y contribuyendo a que yo haya mejorado mucho tanto en lo técnico como en lo físico. Durante este tiempo se ha convertido, más que en un entrenador incluso, en un buen amigo. Además, me ha ayudado mucho a trasladar algo en lo que siempre hace mucho hincapié, y es que el yudoca tiene que serlo tanto en el área de combate como fuera de ella. Estoy muy orgullosa y agradecida con él y con Dios por poder permitirme estar donde estoy ahora.
—¿Cuáles son sus expectativas de cara al futuro?
—Por el momento, las expectativas que tengo son mantenerme en el nivel en el que me encuentro ahora, y eso puede pasar por preparar el próximo ciclo con Roberto. Mi sueño siempre ha sido poder llevar a Panamá una medalla en un grand slam y creo que puedo conseguirlo. Me da mucha satisfacción ver que él observa potencial en mí como para pensar en cosas grandes. Escuchar palabras tan buenas de su parte me inspira a seguir trabajando por ello.
—¿En qué considera que ha mejorado más en comparación a cómo estaba cinco meses atrás?
—En todo, prácticamente. Soy más fuerte, rápida, veloz, explosiva... Tengo también muchísima más estabilidad de la que tenía al inicio de este ciclo. Tanto Roberto como el preparador físico han sabido dónde poner el foco, han trabajado en mí muchas cosas. Eso, al final del día, se nota y mucho. De cómo vine en febrero a cómo estoy ahora, en todos los sentidos, hay un mundo.
—Durante estos meses se ha colgado el oro en el Open de África y en los Panamericanos de Santiago de Chile. ¿Sigue teniendo hambre de medallas?
—Totalmente. Cuando llegué, tenía el ránking 115 en mi peso, y con esa clasificación fui al Open de África en Angola. Esa participación, en la que le gané a competidoras que estaban por encima de mi ránking, me dio muchas esperanzas. Lo más importante de todo esto es ver que sí se puede y que el esfuerzo tiene sus recompensas. Con Roberto como entrenador, estoy segura de que puedo lograr la clasificación para los Juegos de Los Ángeles.