La cuatro veces campeona de España de lanzamiento de jabalina regresó tras un largo parón por problemas físicos y no renuncia a París
15 may 2024 . Actualizado a las 10:17 h.Lidia Parada (A Pobra do Caramiñal, 1993) tiene un gran currículo deportivo. La cuatro veces campeona de España absoluta en lanzamiento de jabalina ha participado en pruebas internacionales, pero la espina de no haber competido en unos juegos olímpicos sigue clavada. Los de Tokio se los perdió por una lesión en el talón de Aquiles y a los de París no renuncia, a pesar de haber estado más de un año y medio sin salir a las pistas por problemas físicos.
Hace una semana volvió a sentirse deportista en el Torneo Internacional de Lanzamientos Vila das Artes, en la localidad lusa de Vila Nova de Cerveira. No fijó marca porque sus intentos fueron nulos, pero su jabalina se fue a los 50 metros. Tuvo desajustes técnicos propios de la falta de competición, pero las sensaciones fueron buenas. «Fue súper bonito. Vinieron mis padres, mi hermana con mi sobrina, mi jefe y su familia y mi mejor amiga con sus padres», explica la pobrense, que se sintió muy arropada.
«Los lanzamientos fueron malos, la jabalina salía horrible de la mano. Llevaba sin competir desde julio del 2022. Estaba perdidísima. Tenía muchas ganas, pero no controlaba los ritmos», señala. Pero, aun así, ella está «muy contenta», porque saca el lado positivo de la experiencia: «La jabalina caía horrible sobre 50 metros. Corrigiendo un par de cosas me iba a los 55. Vi que podía hacer más y me di cuenta de los errores».
Lidia Parada iba a Portugal con una intención clara: «Lo que buscaba era desbloquearme. Dejar a un lado el miedo a lanzar mal y hundirme. Fui con una buena actitud y me encontré bien. Estoy para hacer una buena marca, puliendo errores y mejorando físicamente. Hasta enero no pude entrenar con normalidad». La pobrense no oculta que hubo un tiempo en el que tuvo que acudir a un psicólogo deportivo porque tenía ataques de ansiedad ya que le llegó a dar «pánico» competir. Pero eso ya es historia y ahora se ve «cada vez mejor».
Muestras de cariño
La barbanzana recibió muchas muestras de cariño en Portugal. «La atleta que ganó vino a decirme que si la metía plana —la jabalina en sus lanzamientos volaba en vertical— se iba a donde yo quisiese. También vinieron a saludarme más deportistas y entrenadores. Me dijeron que era una alegría verme y que hacía mucha falta en la pista».
El apoyo también lo recibe en su localidad natal, en la que lleva entrenando desde sus inicios. Los vecinos les trasladan sus ánimos y esperanzas de verla en los Juegos de París. «Estoy muy contenta por el apoyo que me está dando todo el mundo. Mi último título nacional fue en el 2018, estamos en el 2024 y la gente se sigue acordando de mí. Es bonito».
A cargo de su preparación está su entrenador de confianza, un Lardo Moure que la lleva acompañando desde que comenzó a dar sus primeros pasos en el mundo del atletismo. «Tenía que empezar, necesita coger confianza porque le falta soltura a la hora de competir. Elegimos la prueba en Portugal porque es un sitio en el que lleva lanzando 16 años», comenta.
Moure es consciente de que debe corregir aspectos técnicos, «pero que esté cerca de los 50 metros sin hacer las cosas bien» es un buen punto de partida: «Estuvo feliz y eso es muy importante a nivel psicológico, cuando antes tenía miedo por si estaría o no en buena forma y por si daría o no el nivel»
«Con un poquito que ajustemos podrá lanzar no al 100 %, pero sí a su 85 o 90 %», afirma Moure. Sobre la condición física de Parada, apunta que la «va cogiendo» y resalta que llevan pocas sesiones «trabajando correctamente. Antes tenía molestias en el hombro de lanzar y nos adaptamos. De entre 6.000 y 7.000 repeticiones que hacemos en una temporada, llevamos 1.500. Aún quedan muchas para automatizar ciertos aspectos».
Del calvario vivido en el 2023 a la ilusión que genera el 2024
El 2023 fue un año para olvidar. La barbanzana lo comenzó yendo el 1 de enero a urgencias por una sinusitis muy fuerte. Tras 15 días medicándose, cuando iba a volver a entrenar, estuvo muy mal del estómago porque el tratamiento le había dañado la flora intestinal.
No siempre lo que empieza mal acaba bien, porque Lidia Parada se lesionó al caerse mientras estaba saltando vallas en marzo: «Me di un golpe en el cuello que me tensó el hombro del brazo de lanzar. Al día siguiente hice un movimiento algo brusco y sufrí una distensión en el bíceps».
Arrastró la lesión hasta finales de junio. Entonces, apareció una fascitis plantar por una plantilla mal hecha. Acabó la rehabilitación a mediados de agosto y en septiembre volvió a los entrenamientos. Una pisada en falso derivó en un esguince de tercer grado. Para finalizar un año horrible, le dijeron que tenía una calcificación en el calcáneo.
Fue un golpe muy duro para Lidia Parada, más con los Juegos de París en el horizonte. Lo pasó mal, pero también encontró el apoyo de los suyos, que fue fundamental. Empezó a trabajar en un gimnasio en el que le dieron facilidades para adaptar sus horarios a entrenamientos y competiciones y además de compañeros, encontró nuevos amigos, asegura. Gracias a su entorno, «todo lo malo del 2023 lo está devolviendo en bueno el 2024», comenta la pobrense.
En Portugal comenzó a andar un camino que tiene paradas importantes. La primera segura será el 19 de mayo en A Pobra, en el trofeo de casa. Podría ser que dos días antes lance en el Ciudad de Vigo, pero dependerá de su estado. Aunque no se obsesiona con ello, si consigue la mínima para el europeo será bien recibida, pero el objetivo es llegar en las mejores condiciones al campeonato de España, a finales de junio, donde tendrá la última oportunidad para conseguir una marca que la lleve a París.