La jueza deja en libertad al asesor jurídico de Rubiales y al detenido vinculado con las obras en La Cartuja

La Voz REDACCIÓN

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Rubiales, que lleva dos meses en República Dominicana, comunicó a la magistrada que volverá a España el 6 de abril

22 mar 2024 . Actualizado a las 13:10 h.

La jueza que investiga la presunta corrupción en la gestión de Luis Rubiales al frente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha dejado en libertad al que fue su asesor jurídico externo, Tomás González Cueto, y a Ángel González Segura, relacionado con la empresa que realizó obras en el estadio de La Cartuja de Sevilla.

Ambos han quedado libres sobre las 11.30, tras pasar este viernes a disposición judicial de la titular del Juzgado de instrucción número 4 de Majadahonda (Madrid), que tiene previsto interrogar a dos de los siete arrestados: González Cueto, hombre de confianza de Rubiales, y Ángel González Segura, directivo de la empresa de construcción Gruconsa que realizó obras en el estadio de la Cartuja, en Sevilla.

La Federación prescindió este miércoles de los servicios de GC Legal, el despacho de Cueto, al tiempo que apartó de sus puestos de trabajo y funciones a los directivos relacionados con la causa judicial, es decir los directores de Servicios Jurídicos y Recursos Humanos, Pedro González Segura, y Recursos Humanos, José Javier Jiménez, respectivamente.

González Cueto y el empresario, que es hermano del exdirector de Recursos Humanos, pasarán a disposición judicial, mientras que los otros cinco detenidos fueron puestos en libertad por parte de la Unidad Central Operativa (UCO) del instituto armado, que fue la encargada de practicar los once registros ordenados por la jueza, uno de ellos en la sede de la RFEF y otro en el domicilio de Luis Rubiales en Granada.

Entre los detenidos no estaba el propio Rubiales, que se encuentra en la República Dominicana desde hace casi dos meses y el miércoles remitió un escrito a la magistrada poniéndose «a plena disposición» del juzgado y anunciando que tiene billete de vuelta el 6 de abril.

Rubiales está investigado por posibles delitos de corrupción, aunque no figuraba entre las siete personas que la UCO preveía detener el miércoles, dado que tanto la jueza como los investigadores sabían que desde hace días no se encontraba en España.

La magistrada y la Fiscalía Anticorrupción indagan en supuestas irregularidades en contratos de los últimos cinco años en la Federación, en el marco de la causa donde se investiga desde junio de 2022 el contrato para el traslado de la Supercopa a Arabia Saudí firmado por Rubiales con el empresario y exfutbolista Gerard Piqué, administrador de la empresa Kosmos.

Un contrato que fue redactado por el despacho del asesor jurídico externo de la RFEF, Tomás González Cueto, uno de los hombres de confianza de Rubiales que comparece este viernes ante el juzgado.

También lo hará Ángel González Segura, directivo de Gruconsa, la empresa que se ocupó de las obras en el estadio La Cartuja, en Sevilla, para albergar partidos de la Eurocopa 2020 y las finales de Copa del Rey hasta 2024. Uno de los registros policiales se desarrolló en las oficinas de este estadio.

González Segura es hermano de Pedro González Segura, otro de los detenidos y director general de Servicios Jurídicos de la Federación, que fue puesto en libertad, como José Javier Giménez, director de Recursos Humanos de la RFEF.

Durante la operación policial desplegada el miércoles, la UCO entró en la sede de la Federación a practicar un registro que se prolongó hasta las tres de la madrugada y en el que se buscaba documentación que la jueza había requerido en diversas ocasiones y la RFEF no había facilitado, según las fuentes consultadas por Efe.

Los registros se practicaron en el marco de una pieza secreta de la causa abierta por el contrato de la Supercopa, que fue denunciado junto a otras irregularidades por el presidente de Asociación Transparencia y Democracia en el Deporte, Miguel Galán, en mayo de 2022.

Los motivos de Piqué para estar tan tranquilo con lo que rodea a la investigación a Luis Rubiales

RAQUEL CUNHA | REUTERS

El exjugador del Barcelona y su empresa Kosmos sí colaboraron con la justicia y entregaron una decena de facturas sobre los contratos con los saudíes

IGNACIO TYLKO

Sorprende que mientras la operación de la Guardia Civil se desarrollaba con los registros y detenciones en la sede de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y las pesquisas en diversos domicilios de la geografía española, entre ellos el del expresidente Luis Rubiales en Granada, los focos no apuntasen a Gerard Piqué y a Kosmos, la empresa del exfutbolista internacional del Barcelona.

Sobre todo porque la trama que se investiga por presuntos delitos de blanqueo de capitales, administración desleal y corrupción en los negocios tiene su origen en el caso Supercopa, es decir, el famoso contrato entre la RFEF y Arabia Saudí que reporta en torno 40 millones por cada una de las diez ediciones, con Piqué como intermediario o conseguidor a cambio de una suculenta comisión.

Si bien en un momento se especuló con registros en Barcelona que afectaban al exfutbolista y a Kosmos, nada más lejos de la realidad. Ni los miembros de la Unidad Central Operativa (UCO) del Instituto Armado entraron en la sede de la oficina en la Travesía de Gracia, ni allí había más nervios de los normales. Además, se da la circunstancia de que Piqué se encontraba fuera de España, no en República Dominicana con su amigo Rubiales, pero sí en viaje de negocios al Reino Unido. A medida que surgían noticias en torno al expresidente de la federación, los arrestos y los registros domiciliarios, desde Kosmos trasladaban el mensaje de calma y tranquilidad.

La pregunta que surge entonces es por qué si Piqué es un actor central se libra del escándalo, al menos de momento. En primer lugar, la operación no está dirigida al contrato en sí de la Supercopa, toda vez que ya obra en poder de la justicia. Se trata de incautarse de toda la documentación que la RFEF y sus tentáculos se han negado a entregar al juzgado de Majadahonda que abrió la causa en el 2022.

Piqué, sin embargo, demostró que siempre fue un tipo inteligente. Se desmarcó de Rubiales y de la RFEF y sí entregó a las autoridades una decena de facturas sobre los contratos con los saudíes y la comisión de 24 millones que Kosmos obtuvo por sus labores de intermediación. En el concepto de esos recibos aparecían «servicios de consultoría relacionados con la búsqueda de oportunidades de negocio, coordinación y supervisión de los pasos adecuados para el acuerdo de la Supercopa de España entre las partes».