El técnico catalán sigue sin dar con la tecla y vivió una de sus noches más aciagas en la final de la Supercopa de España disputada el domingo.
15 ene 2024 . Actualizado a las 18:40 h.Xavi Hernández vivió el domingo en Arabia Saudí una de sus peores noches como barcelonista. El técnico de Tarrasa llegó a la Supercopa de España con la idea de dar un golpe encima de la mesa, lograr un punto de inflexión y empezar a encauzar una temporada plagada de altibajos. Nada más lejos de la realidad. Su equipo fue arrasado por el Real Madrid y los blancos pusieron sobre el tapete todas las debilidades del proyecto azulgrana en una exhibición en la que no tuvieron respuesta.
«No se puede jugar así una final. No estuvimos bien en defensa ni en la presión. Es una derrota dura y estamos cabreados porque hemos mostrado una de las peores caras de la temporada. Hemos de mejorar muchísimo para ganar títulos. Hay que pedir perdón a los barcelonistas», afirmó Xavi tras la derrota de los suyos frente al Real Madrid en la Supercopa. El egarense no quiso poner paños calientes y se prepara para un nuevo toque de atención similar al que ya dio en la recta final del 2023, cuando los suyos empezaron a alejarse de la cabeza en el campeonato liguero.
Y es que Xavi, este año, va de tirón de orejas en tirón de orejas. Tras más de cuatro meses de competición, sigue sin dar con la tecla y su equipo cada día parece estar más lejos de aquel que era una roca en defensa y que sacaba la máxima rentabilidad a todo lo que producía en ataque la pasada temporada. El Barcelona ya no es ese y ha mutado en un híbrido en el que, día a día, aparecen más costuras. El domingo, sin ir más lejos, cambió de sistema a un 4-4-2 que sirvió para restarle profundidad en ataque y le supuso, eso sí, un falso dominio de la situación. El experimento de Xavi derivó en un equipo plano, sin desborde por los costados y sin llegar a tiempo a la presión, allí donde debían generarle problemas a un rival cómodo a la hora de construir desde atrás.
La idea de Xavi no cuajó ante el Real Madrid, igual que no lo ha hecho en los últimos meses. Los azulgranas se impusieron a Osasuna por 2-0 el pasado jueves tras veinte partidos sin ganar por más de un gol de diferencia y eso ya es, de por sí, un síntoma de que algo no está yendo del todo bien. El Barcelona no ha encontrado su mejor versión en toda la temporada y Xavi, mientras tanto, ha puesto tiritas como «la falta de efectividad», el «merecimos más», el «estamos en construcción» o el «las críticas de la prensa afectan a la plantilla». Todos esos pretextos han tratado de solapar el rendimiento de un grupo que ha bajado enteros respecto al del pasado año, que se encuentra a ocho puntos de la cabeza en Liga y que ha dicho adiós a la Supercopa de España.
Tras la debacle ante el Real Madrid, la tercera consecutiva ante el eterno rival, Xavi fue respaldado por la Junta Directiva del Barcelona. Deco atendió a la prensa tras la final y dio muestras de apoyo al egarense. «No es el momento de hablar del futuro de Xavi. Tiene la confianza del presidente y de la dirección deportiva. Es una derrota dura que hay que discutir, pero no cambia nada», afirmó el director deportivo de la entidad.
En esa misma línea se mantuvo Joan Laporta minutos después de la final al reunirse con Xavi. El máximo mandatario azulgrana le transmitió su confianza en el proyecto a largo plazo que encabeza el técnico, pero también le instó a que buscara soluciones para enderezar el rumbo del equipo. Xavi ya dio un toque de atención a la plantilla tras el duelo celebrado en el Estadio Lluis Companys contra el Almería, correspondiente a la decimoctava jornada de Liga, y es muy probable que en los próximos días haya un nuevo aviso con el que agitar a un grupo que hace tiempo que vive lejos de su mejor nivel. Se acerca el momento decisivo de la temporada y el Barcelona sigue «en construcción».