¿Es realmente la Superliga una amenaza para la UEFA?

Iván Antelo REDACCIÓN

DEPORTES

Daniel Gonzalez | EFE

Más allá incluso del ordenamiento jurídico, el proyecto unilateral impulsado por Florentino Pérez tiene numerosas lagunas y parece condenado al fracaso

23 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Florentino Pérez y Joan Laporta se presentaron como triunfadores tras conocer la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), en la que se reconocía la situación de «abuso de poder dominante» de la UEFA y de la FIFA, en la gestión del fútbol. Ambos obviaron, eso sí, una parte importante del dictamen, en la que aludía explícitamente que «la Superliga no debe ser necesariamente autorizada». La cuestión de fondo está en que los organismos internacionales no deben negar porque sí las nuevas competiciones que aparezcan, sino que deben realizar un razonamiento y una normativa de autorización «transparente, objetiva, no discriminatoria y proporcional».

¿Es realmente la Superliga una amenaza para la UEFA?

el proyecto

Bandazos desde la propuesta inicial en El Chiringuito

El 19 de abril del 2021, Florentino Pérez presentó al mundo su faraónico proyecto: la Superliga. Lo hizo en El Chiringuito. «Quince clubes son los que generan valor y vendrán siempre por méritos deportivos», decía. El presidente del Real Madrid hablaba de una liga cerrada, aludiendo a esas entidades como las únicas que generaban dinero: «Vas a las teles y es lo que pagan».

Dos años y medio más tarde, la idea ni se parece. Ya no es Pérez el que lleva la voz cantante. Ahora, contrató a Bernd Reichard como primer ejecutivo de la Superliga y utiliza a A22 Sports Management como la empresa llamada a impulsar el plan. Esta compañía anunció el jueves que su nuevo plan pasa por 64 equipos, divididos en tres divisiones, y ascensos y descensos entre ellas. ¿Habrá más cambios?

clubes participantes

Solo el Nápoles se muestra receptivo a unirse

El proyecto inicial del 2021 estaba firmado por 12 equipos: Manchester United, Arsenal, Chelsea, Tottenham, Manchester City, Liverpool, Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid, Inter de Milán, Milan y Juventus. Los ingleses tardaron horas en bajarse del barco y el resto les fueron siguiendo, hasta llegar a la Juve, que lo hizo hace apenas unos meses. Solo quedan el Real Madrid y el Barcelona. «Empezarán una fantástica competición con dos equipos», se mofó el jueves Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA.

Desde que se hizo pública la sentencia del TJUE, prácticamente todos los equipos más importantes de Europa se pronunciaron en contra de la Superliga. Hasta los más humildes se toman a cachondeo la iniciativa. «Pescara Calcio anuncia que, al no haber recibido ninguna invitación para la Superliga, no hará ninguna declaración al respecto», señaló en sus redes sociales el club italiano de tercera categoría.

Solo el Nápoles dejó abierta la puerta. «La primera (idea de Superliga) fue un movimiento equivocado, que, sin embargo, llevó a ese cambio. Ahora hay que hacer un razonamiento serio. Hablé con Florentino Pérez y estamos de acuerdo en poner en la misma mesa a los empresarios de verdad», dijo el presidente Aurelio De Laurentiis.

financiación

De los 4.000 millones prometidos al fútbol gratis

Cuando en el año 2021 se presentó el primer proyecto, se habló de que la Superliga ya contaba con una financiación de casi 4.000 millones de euros, financiados por JP Morgan durante 20 años. Se dejó entrever que el retorno vendría de las televisiones, de firmar grandes acuerdos con las principales operadoras europeas.

Bernd Reichart explica ahora que no, que el fútbol será gratis. «Los partidos se van a emitir en una plataforma propia que conecte a los fans de todo el mundo con los clubes y sus jugadores. El mejor fútbol, la competición más atractiva del mundo, que es la ambición del proyecto de la Superliga, tendrá la financiación a través de la publicidad... Es una opción sólida», anunció en una charla de Twitch con Ibai Llanos y Gerard Romero. No aclaró más detalles de dónde saldría el dinero, así que queda la incógnita en el aire.

apoyo social

Movilizaciones en contra

La primera presentación de la Superliga, llevada a cabo por Florentino Pérez, generó movilizaciones masivas de repulsa, al considerar ese proyecto elitista, insolidario y opuesto a los valores del deporte; por ser injusto y contrario al fundamento de igualdad de oportunidades para todos. Ese rechazo multitudinario fue el que provocó que los clubes firmantes en un primer momento se vieran forzados a renunciar.

Los árbitros

Un estamento vital

Sin árbitros, no hay fútbol. Y la Superliga los necesitaría para sus partidos. Estos dependen de cada federación nacional y, si la nueva competición los quisiera fichar, los colegiados tendrían que renunciar a eventos como Mundiales, Eurocopas y Juegos Olímpicos. ¿Estarían dispuestos a pagar ese peaje? 

gobiernos

Leyes anti-Superliga

El Gobierno británico ya dijo el 7 de noviembre que la Superliga «amenazaba con socavar la pirámide del fútbol en contra de los deseos de los aficionados» y confirmó su deseo de aprobar una nueva ley, a principios del 2024, que impida a sus clubes participar en competiciones que no sean impulsadas o aprobadas por la federación inglesa, la UEFA o la FIFA. En Francia, esto ya es una realidad. Según el artículo L131/14 del Código del Deporte, el Estado confiere exclusivamente a la Federación Francesa la exclusividad de la competencia para organizar una liga con la LFP y declara ilegal cualquier acuerdo externo, como la Superliga. Un camino que parece que también se seguirá en otros países como España. «En breve presentaremos la legislación que lo hará realidad e impedirá que los clubes se unan a competiciones similares en el futuro», avisa Javier Tebas, presidente de la Liga.

federaciones y ligas

Todos unidos, hasta los enemigos más íntimos

La Superliga consiguió que hasta Luis Rubiales y Javier Tebas se unieran en su contra. Las cinco grandes ligas ya se opusieron a esta competición y en Francia, incluso, los clubes lo tienen por contrato. La Ligue 1 suscribió un acuerdo millonario con CVC, en el que una de sus cláusulas impide a sus clubes marcharse a otras competiciones. La penalización sería inasumible para todo el campeonato.