A Malata-Racing, un idilio forjado jornada a jornada

A Malata, ese estadio en el que el Zaragoza se dejó sus primeros puntos de la temporada en Segunda está hoy en boca de los amantes del deporte rey en España. Y no es para menos porque las instalaciones deportivas, datadas de 1993 y que a ojos de la patronal liguera no daban la talla para la categoría y tuvieron que adaptarse a la velocidad del rayo para poder seguir siendo la casa del fútbol de este ilusionante Racing de Ferrol, se han convertido en talismán para los de Cristóbal Parralo y en criptonita para los rivales que pisan el renovado césped del ahora fortín de la ría.

A calma logo da tempestades. Boas noites, racinguistas. Durmide ben, soñade bonito e GRAZAS pic.twitter.com/3ZCi6RFxJQ

— Racing Club Ferrol (@racingferrolsad) September 25, 2023

Un escenario inexpugnable desde el 17 de diciembre de 2022. Fecha en la que la escuadra verde sufrió el último estocazo, a manos del Alcorcón. Desde entonces han transcurrido ya nueve meses y, con la victoria ante el Zaragoza, el Racing se anota su partido número quince sumando en su territorio. Una metamorfosis de campo convencional a bálsamo motivador para la banda, que comenzó a gestarse tras la complicada racha de resultados del pasado curso al cierre de la primera vuelta y el inicio de la segunda. El primer damnificado por el efecto A Malata fue el Sanse a mediados de enero. Una aureola de buenas sensaciones, que a punto estuvo de cortar el Ceuta de raíz tras sellar un empate quince días después.

Estirar el chicle

Desde ese momento, la grada comenzó a llenarse progresivamente y los de Cristóbal a poner los cimientos para el ascenso en un escenario en el que fluyen las ganas.

Tampoco el salto de categoría parece haber mermado el influjo de un campo en el que, indica la estadística, perder ya no es lo normal. Aspecto crucial para lograr el objetivo de la permanencia que en la campaña 2007-2008 no pudo amarrarse pese a encadenar once victorias en casa en el último tramo de liga. Clave, por tanto, que el Racing estire al máximo el efecto A Malata para apuntalar su permanencia en el año de su retorno a la élite.

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