
Soportó mejor la presión en el epílogo que un Breogán que dispuso de una última posesión de diez segundos para ganar la final
17 sep 2023 . Actualizado a las 20:57 h.El Obradoiro consumó el asalto al Pazo y se llevó a sus vitrinas el trofeo que lo acredita como campeón de la 37.ª edición de la Copa Galicia. En un epílogo con suspense y los nervios a flor de piel, el conjunto dirigido por Moncho Fernández se adaptó mejor al escenario y acabó batiendo a un Río Breogán que solo pudo convertir tres puntos en los tres últimos minutos del encuentro. En este tramo definitivo el parcial fue de 3-9.
Tras las canastas iniciales de Martynas Sajus y Tres Tinkle se vivieron momentos de desacierto en uno y otro bando. El punto de mira no estaba bien ajustado y las buenas defensas hacían todavía más difícil encestar. La escasez anotadora la alivió Rudan con un triple y acto seguido llegó otro de Sisko que empujó a Moncho Fernández a gastar su primer tiempo muerto. Se había consumido medio cuarto. La respuesta obradoirista fue un triple de Tinkle y cuatro puntos consecutivos de Mendoza que ponían al los visitantes por delante en el marcador (8-9) por primera vez. El escolta dominicano, en estado de gracia, estiró la renta con un triple y Mrsic no esperó más. Llamada al orden para repasar el plan en los instantes finales del primer acto, que concluyó con 12-16.
El parón sentó bien a los protagonistas. Creció el ritmo anotador y subieron las revoluciones. Y la tensión se disparó por una doble técnica a Veljko Mrsic que le costó la descalificación, encendió al Pazo y obligó al Breo a afrontar lo que restaba de encuentro —algo más de 26 minutos— sin su entrenador principal. Fernán Varela y Quique Fraga, sus ayudantes, tomaron el timón. De la crispación local sacó una pequeña tajada el Obra, pero los celestes volverían a engancharse gracias a su defensa, su carácter y el buen trabajo sobre el parqué del Juan Fernández. Al descanso ganaban los de Santiago por 29-31. Pitada descomunal para los colegiados y mucho que corregir en la caseta por parte de los entrenadores. Fueron 20 minutos en llos que las defensas se impusieron a los ataques y con muchas fases de desconcontrol.
El encuentro se reanudó con cuatro puntos de Sisko que devolvían la delantera del Breogán (33-31). Entró entonces el encuentro en una fase de poco respiro, con ataques rápidos, en las que ambos parecían cómodos. El marcador seguía muy apretado y nadie perdía la concentración defensiva. Lo que continuaba sin llegar era la puntería en los lanzamientos desde más allá de la línea de 6,75. El duelo parecía destinado a un final de infarto a falta de solo diez minutos para el final: 51-50.Y eso ocurrió.
En los primeros compases de la manga final se produjo lo nunca visto en el partido. Un canasta inicial de Juan Fernández y un par de triples de Jogela y Diouf establecían una brecha de nueve puntos en el marcador (59-50). El encuentro se le ponía de cara a los anfitriones. El Obra lo intentaba principalmente con pases interiores sobre Pustovyi, pero la torre ucraniana no tenía su idea y Moncho Fernández lo mandó al banquillo y ya no volvería a escena.
El final asomaba y la presión crecía. A falta de solo tres minutos para el final dominaban los lucenses por cinco tantos (65-60). A 90 segundos el partido ya estaba empatado (65-65), gracias al triple de Tinkle y la canasta de Scrubb. Blazevic puso por delante a los suyos, Jogela devolvió la iniciativa al Breo con un triple y Washington cerró el marcador con un par de tiros libres. Los locales dispusieron de una última posesión de 10 segundos. Se la jugó Momirov, pero el balón lo escupió el aro.
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