España, en busca de la revancha ante la selección inglesa

Josema Loureiro, P. G. REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

DAN HIMBRECHTS | EFE

El combinado entrenado por Sarina Wiegman apeó a las españolas en los cuartos de final de la pasada Eurocopa

17 ago 2023 . Actualizado a las 14:55 h.

Tras la histórica clasificación de la selección española a la final del Mundial de Australia y Nueva Zelanda, surge un aliciente importante para el combinado nacional: enfrentarse a la que fue su verdugo en los cuartos de final de la Eurocopa del 2022, Inglaterra.

En aquel partido del 20 de julio en el Falmer Stadium de Brighton, España sufrió una dura derrota ante las británicas, que consiguieron sobreponerse al tanto de Esther González (1-2). Tres tiros a puerta en todo el encuentro fueron suficientes para que las Lionesses, con un tanto de Ella Toone al filo del final del tiempo reglamentario y otro de Stanway en la prórroga, apeasen a las españolas de la competición continental.

¿Quién tuvo la culpa?

Muchos achacaron la remontada de las inglesas al afán conservador y las sustituciones realizadas por Jorge Vilda, que sacó del campo en el minuto 70 a la gallega Teresa Abelleira dando entrada a Laia Aleixandri, de un corte bastante más defensivo que la pontevedresa.

En un partido dominado por las españolas en casi todas las parcelas del juego ante una Inglaterra que aprovechó todas sus oportunidades, las opciones de avanzar del combinado nacional se fueron por la borda merced a la efectividad de las británicas.

El germen de la polémica

Las postrimerías de la eliminación de España en los cuartos de final de la Eurocopa destaparon un caso que ha sido una constante en los meses previos al Mundial: la renuncia de ciertas jugadoras a ser convocadas.

Apenas un par de meses después de la gran cita europea, en septiembre del 2022, quince futbolistas remitían mediante un correo electrónico privado a la RFEF su negativa a formar parte de las convocatorias del equipo nacional, cuestionando los métodos de Vilda, el seleccionador.

Esta comunicación privada, hecha pública por el ente federativo, desembocó en un ultimátum de la RFEF, que aseguró que no permitirían a las jugadoras «cuestionar la continuidad del seleccionador nacional», y sólo admitirían su regreso si asumían su error y pedían perdón.

De aquellas quince tan solo quedan siete que han mantenido su postura: Mapi León, Patri Guijarro, Claudia Pina, Ainhoa Moraza, Lola Gallardo, Nerea Eizaguirre y Amaiur Sarriegi.

Ona Batlle, Mariona Caldentey y Aitana Bonmatí son las tres únicas arrepentidas en participar en el Mundial, aunque otras jugadoras como la guardameta alicantina Sandra Paños o la extremo asturiana Lucía García también se habían declarado elegibles.