No ejecutó la cláusula de 50 millones, que este martes ascenderá a cien, pero llegó a un acuerdo con el club francés por cinco temporadas
31 jul 2023 . Actualizado a las 21:01 h.La precariedad económica del Barcelona, que le impide competir en materia de fichajes y contratos con los grandes de Europa, hará que Xavi Hernández pierda seguramente a Ousmane Dembélé, un jugador de carácter controvertido pero a quien el técnico catalán recuperó hasta convertirle en uno de los faros del proyecto que inició el curso pasado.
Ante el temor de quedarse más pronto que tarde sin Kylian Mbappé, la clave de todo en este mercado estival, el PSG ha movido ficha para llevarse al extremo francés, una petición expresa de Luis Enrique, que ya ha conseguido pescar en su exequipo al portero Arnau Tenas, libre desde que no renovó el pasado 30 de junio.
La operación relámpago que terminará con Dembélé en el Parque de los Príncipes tiene una explicación sencilla. Por una de esas cuestiones extrañas que clubes y agentes firman en los contratos, la cláusula de rescisión del futbolista era de 50 millones hasta la medianoche del lunes y el doble a partir del martes. Además, de esos 50 millones la mitad le corresponden a Dembélé y a su representante.
Una condición que se volvió contra el Barcelona y que le obliga a negociar como mal menor, porque el jugador le ha pedido una salida amigable, no por las bravas. Solicitud a la que los culés han respondido que sí al diálogo, pero con un plazo de cinco días para poner negro sobre blanco en el acuerdo con el PSG.
El pesimismo se instauró en la expedición del Barcelona desplazada a Dallas ya antes del clásico. Ya se sabía entonces que el PSG iba en serio a por uno de los jugadores más desequilibrantes del mundo en el uno contra uno.
Según Le Perisien, el acuerdo entre el club francés y el futbolista del Barcelona es por cinco temporadas en las que cobrará un salario bruto anual de veinte millones de euros brutos más incentivos.
El mismo diario explica que la operación se precipitó después de que un agente de jugadores cuya identidad no desvela comunicó al PSG que el Barcelona estaba dispuesto a cambiar a Dembelé, el español Gavi y el brasileño Raphinha por Kylian Mbappé.
Cambio de decorado
Cuando le cuestionaron cómo iban las negociaciones para su renovación, la respuesta destilaba optimismo: «Va muy bien». Eso, sin embargo, derivó en pesimismo en las últimas horas, tras comprobar que el órdago del PSG iba muy en serio porque ofrecía a Dembélé el doble que el Barcelona, una cantidad astronómica que ronda los 30 millones brutos y la que nunca puede igualar el club presidido por Joan Laporta.
Y porque desde el propio club parisino comunicaron a los dirigentes culés su deseo de negociar un traspaso. Dembélé, tras solicitar a las partes que hablen y acuerden, decidió al final viajar con sus compañeros a Las Vegas, donde el Barcelona disputará su último partido de la gira americana a las 5 de la mañana del miércoles, hora peninsular española, ante el Milan.
El delantero, todavía de solo 26 años, quiere irse porque la oferta es irrechazable, pero a través de su entorno comunicó al Barcelona su deseo de hacerlo de buena manera, no por la vía abrupta y unilateral, aunque completamente legal, de depositar su cláusula en la sede de la Liga. Un trámite que siempre puede retrasarse unas horas por cuestiones burocráticas y generar todavía más controversia y enemistad entre los clubes.
Dembélé está muy agradecido a Xavi, con el que disfrutaba de su mejor momento desde su llegada al Barcelona, que abonó al Borussia Dortmund 105 millones más 40 en variables de los que ya ha pagado 30. Los 10 restantes se los ahorrará el club azulgrana puesto que eran en caso de ganar dos Champions con el anterior contrato el que venció el 30 de junio del 2022.
Tras unas horas de feliz resaca del clásico en el Barcelona, los responsables del club se acostaron ya el domingo convencidos de que el francés se marchaba. Compañeros de Dembélé ya deslizaron a los enviados especiales que siguen al Barcelona que el francés les había confirmado su marcha. Decidió subirse al final al avión para volar a las a Las Vegas, pero se irá más pronto que tarde.