Denver-Miami: Verstappen contra Alonso en la NBA

M. R. Reigosa REDACCIÓN

DEPORTES

David Butler II | REUTERS

Los imponentes Nuggets de Jokic son favoritos ante el oficio de los Heat de Butler, con jugadores como Murray y Martin ofreciendo su mejor nivel en ambos lados

31 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Quienes hayan apostado antes de comenzar los playoffs por una final de NBA entre Denver Nuggets y Miami Heat habrán recogido pingües beneficios en sus cuentas. Muchos pronosticaron la presencia de la franquicia de Colorado, la mejor de la Conferencia Oeste con un balance de 53 partidos ganados y 29 perdidos en la fase regular. Pero muy pocos confiaban en unos Miami Heat que accedieron a través de la repesca, después de acabar octavos con un balance 44?38. No solo eso, cedieron ante los Hawks de Atlanta en la primera opción del play-in y visaron el pasaporte en la última oportunidad, ante Chicago.

Una vez dentro, han ido de sorpresa en sorpresa. Primero, apearon a los Milwaukee Bucks, los mejores de la Conferencia Este (58-24), en una serie que solo requirió cinco partidos. A continuación, eliminaron a los New York Knicks en seis encuentros. Y a los Celtics, en la histórica serie que se acaba de resolver en el séptimo (84-103 para los de Florida).

Los Nuggets nunca necesitaron el desempate y llegan con muchos menos kilómetros y más descanso a la gran cita: 4-1 a Minnesota Timberwolves, 4-2 a Phoenix Suns y 4-0 a Los Ángeles Lakers.

Si vale el símil con la fórmula 1, la final tiene muchos paralelismo con el duelo que están manteniendo Max Verstappen y Fernando Alonso. Los Nuggets son una maquinaria bien engrasada, sin fisuras, tan capaz de acelerar como de mantener una velocidad de crucero casi imposible para los perseguidores.

El sello que mejor identifica a los Miami Heat es su manera de agarrarse a los partidos y a las opciones que se le presentan, cualesquiera que sean las circunstancias y por muchas adversidades que aparezcan, como perder a su mejor tirador de larga distancia, Tyler Herro, en el primer duelo contra los Bucks. Aunque tiene alguna opción de reaparecer en la serie frente a los Nuggets.

Michael Malone ha ido ajustando en Denver los reglajes de un equipo en el que sobresalen dos nombres propios. El que más, el de Nikola Jokic. A su alrededor todo parece sencillo. Es el mejor del plantel en puntos (24,5), rebotes (11,8) y asistencias (9,8). Es de esos jugadores que casi siempre elige bien en beneficio del equipo. Puede anotar cerca o lejos del aro, y, si las defensas se cierran sobre él, emerge un extraordinario pasador en la búsqueda de las ventajas.

Jokic es como un reloj. A su lado y a su mejor nivel, vuelve a estar Jamal Murray, tras superar una grave lesión de rodilla. El escolta canadiense siempre se ha significado, antes y después del percance, por elevar sus prestaciones cuando llegan las eliminatorias. Está firmando los mejores números de su carrera en playoffs: 27,9 puntos, 6,2 asistencias y por encima del 40 % de acierto en los triples.

Ese rendimiento creciente cuando llegan las series también acompaña a Jimmy Butler, el gran referente de los Heat. Está promediando 28,2 puntos (diez más que en la fase regular), 6,7 rebotes (uno más) y 5,7 asistencias (0,4 más).

En la pintura, los focos son para Adebayo, pero muy lejos de los números y la influencia de Jokic. No obstante, en los Heat siempre hay secundarios prestos para dar un paso al frente. Y el que más se está haciendo notar es Caleb Martin. Llegó a Florida hace dos años con un contrato dual, a caballo entre primer equipo y el vinculado de la G-League. Al año siguiente, renovó por tres campañas y veinte millones de dólares. La telaraña defensiva es otra de las grandes armas de los Heat.

Malone y Spoelstra, dos estrategas de largo recorrido

Las franquicias de la NBA tienden a devorar entrenadores cada vez con más frecuencia y menos paciencia, porque los resultados y los objetivos están pesando más que la capacidad de pensar en el largo plazo. No siempre ha sido así, pero este fin de temporada viene especialmente movido en los banquillos.

Greg Popovich es la excepción que confirma la regla, en los Spurs de San Antonio, con veintisiete temporadas seguidas. Jerry Sloan estuvo 23 en los Utah Jazz. Red Auerbach, 16 en el mejor tramo de la historia de los Boston Celtics.

Cada vez es más difícil encontrar casos de continuidad en el tiempo en una misma franquicia. Y dos de ellos son los de los dos equipos que se citan en la final. Esta es la octava campaña consecutiva de Michael Malone al frente de los Denver Nuggets, adonde llegó desde los Sacramento Kings. Antes, se formó como ayudante de primeros espadas de la talla de Don Chaney, Mike Brown, Monty Williams y Mark Jackson.

Una carrera en Miami

Erick Spoelstra fue técnico asistente en Miami Heat desde 1997 hasta 2008, y entrenador jefe desde entonces. Pasó de ser ayudante de Pat Riley a coger el equipo cuando su mentor cambió el banquillo por la presidencia. Y ahí sigue el tándem, tres lustros después. Aterrizó en la franquicia de Florida con 25 años para hacerse cargo de la dirección de scouting (captación de talento).

Siempre se ha guiado por una máxima que él mismo resumió en pocas palabras: «No escondas nada bajo la alfombra. No apuntes con el dedo ni eches la culpa a nadie. Un equipo es una familia, y estamos juntos en esto». Si por algo se distingue su trayectoria, es porque el colectivo está por encima de las individualidades, incluso cuando tuvo a sus órdenes a LeBron James, Wade, Chris Bosch o Ray Allen. Una de las palabras de cabecera en su diccionario es «perseverancia».

Michael Malone es otro de los que se parte el pecho por el grupo. Cuando Jamal Murray sufrió su grave lesión de rodilla y le preguntó al técnico si lo iban a traspasar, la respuesta no ofreció dudas. Lo instó a que se recuperase bien, que lo estarían esperando. Y así ha sido.

Al igual que su colega, trabaja a destajo en el laboratorio y no negocia la exigencia con sus discípulos: «No se trata tanto de la motivación. Se trata más de continuar construyendo buenos hábitos. Si no estás mejorando, estás empeorando».

Malone ha ido puliendo el juego de los Nuggets, que esta temporada han dado un paso adelante en sus números defensivos.

Spoelstra siempre se ha destacado como un maestro de la táctica a la hora de encontrar la manera de exprimir al máximo los recursos disponibles y tejer entramados defensivos que incomodan mucho a los rivales.

El duelo de estrategas está servido, y promete.