No fue un partidazo. Me gustó el Pontevedra, porque, independientemente de que lleva varias jornadas descendido, le plantó cara al Deportivo y tuvo sus ocasiones. Por su parte, la escuadra blanquiazul volvió a ofrecer la imagen a la que nos tiene acostumbrados lejos de Riazor. Con problemas para crear jugadas ofensivas y pasándolo mal en algunos momentos. En el primer tiempo, el Pontevedra tuvo dos ocasiones y el Dépor casi no llegó al área rival, salvo el disparo al palo de Mella.
En cuando a la faceta defensiva, mucha falta de concentración, de ritmo. Y el gol de Raúl Carnero, con ese despeje horroroso y un repliegue tardío, lo dice todo. Me genera muchas dudas de cara al play-off.
Con los cambios, el Deportivo estuvo mejor. Está claro que Rubén quiso reservar a algunos futbolistas, como Soriano, y ver a otros. Pero cuando el resultado era contrario sacó a los reservas de esta ocasión y le dieron otro tono al partido.
Cabe destacar la aportación de Alberto Quiles, un jugador con el que siempre pasa algo cuando está en el campo. Tuvo sus opciones y el equipo ofreció otra imagen. Pero ahí vuelve mi pesimismo, porque la lesión... Dice el doctor Lariño que pinta regular. Y, cuando un médico manifiesta eso, hay que temerse que algo malo puede suceder. Algún ligamento o algo. Y, en el mejor de los casos, aunque no sea nada grave, pienso que va a llegar muy justo al partido.
Con todo ello, creo que el empate es un resultado justo, porque, aunque repito que me gustó el Pontevedra, tampoco generó tanto peligro como para llevarse los tres puntos. Una lástima que haya descendido, porque viendo los partidos que jugó hoy y en las ultimas jornadas pienso que hizo méritos para mantenerse, aunque quizá la reacción le llegó demasiado tarde.